El índice que registra los cambios mensuales en las commodities de alimentos promedió 127,4 puntos en agosto, lo cual implica una suba de 3,1% respecto de julio y 32,9% en comparación con 2020.
Los precios mundiales de las commodities de alimentos rebotaron al alza en agosto pasado, luego de dos meses consecutivos de caídas, según el indicador que realiza la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), cuya sede se localiza en Roma, Italia.
El índice, que registra los cambios mensuales en las commodities de alimentos más intercambiadas en el mundo, promedió 127,4 puntos en agosto, lo cual implica una suba de 3,1% respecto de julio y 32,9% en comparación con el mismo mes en 2020.
La suba impacta en las presiones inflacionarias en todo el mundo, como así también a los consumidores, especialmente en el caso de los países de menores ingresos y más dependientes de importaciones.
Tres alimentos que motorizaron el alza durante agosto fueron el azúcar, el trigo y los aceites vegetales.
En el caso del azúcar, el índice registró un incremento de 9,6% intermensual, impulsado por la preocupación por el daño que provocaron las heladas en los cultivos de Brasil, el mayor exportador mundial de azúcar.
No obstante, el alza en los precios fue mitigado, en parte, por buenas perspectivas de producción en India y los países que conforman la Unión Europea, como así también por la caída de los precios del petróleo y un debilitamiento del real brasileño.
En cuanto a los cereales, promediaron una suba de 3,4% respecto de agosto y, en el caso del trigo, aumentó 8,8%, y se mencionaron como causas a las menores expectativas de cosechas en los principales países exportadores debido al clima seco y las olas de calor, y que se prevé que la producción de Estados Unidos llegue a un mínimo en ocho años y, en el caso de Canadá, en cuarenta años.
En ese sentido, se pronostica una contracción del 0,7% (a 769,5 millones de toneladas) de producción de trigo, debido al impacto que causa la sequía en Norteamérica, así como las adversas condiciones climáticas (en este caso, de frio) en Kazakstán y Rusia, según señala el reporte.
Además, en el caso de la Unión Europea, si bien este año la cosecha es mayor (138,6 toneladas contra 125,9), las lluvias provocaron un trigo de menor calidad reduciendo la cantidad de harina que puede producir un grano.
Según señala la institución dependiente de Naciones Unidas, se espera que la producción mundial de cereales alcance los 2.788 millones de toneladas en 2021, un alza de 0,7% respecto de 2020, motivado por un mayor consumo de alimentos (en especial para animales de granja), aunque revisado a la baja en comparación con las previsiones de julio, y con un comercio mundial a la baja al preverse una contracción de 1,3% a 466 millones de toneladas.