Pato Garino: «La esperanza de volver a la NBA siempre sigue viva»

El basquetbolista marplatense Patricio Garino habló desde Lituania sobre su nueva experiencia en el exterior, el subcampeonato del mundo en China 2019, el deseo de ganar una medalla olímpica y la ilusión de volver a la NBA.

Ya instalado en Kaunas, la ciudad más deportiva de Lituania, Pato Garino transita sus primeros momentos como refuerzo del Zalgiris Kaunas, el club más prestigioso del país y de los más tradicionales de Europa. Un nuevo desafío que incluye la adaptación a otra cultura en un entorno en el que el básquet, tan arraigado en la sociedad, goza de un protagonismo especial.

Quedó atrás la etapa del Baskonia de Vitoria en España, donde prácticamente no sentía la condición de extranjero. Es que ahora comparte vestuario con mayoría de lituanos y no es lo mismo compartir cada día en el mismo idioma que llegar desde afuera a una dinámica diferente. «Por suerte el grupo es fenomenal y te hacen la vida cotidiana súper fácil», contó Pato en Radio Brisas.

En una distendida charla con la periodista Florencia Cordero en el programa «Un Lugar en el Mundo, historias de argentinos en el exterior», el marplatense surgido en el Club Unión se explayó sobre sus primeras sensaciones en Lituana como tierra de básquet por excelencia: «Esa historia que tiene Lituania con el básquet es la misma que tenemos nosotros con el fútbol. Son enfermos y obsesivos por el básquet. No vi ningún lugarcito verde con un arco de fútbol. En todos las plazas está lleno de aros de básquet y canchas enteras. Hasta la estación de bomberos y de policía tienen un arito. Acá no se respira otra cosa que no sea el básquet, el Zalgiris y la selección de Lituania».

En ese contexto, su llegada a la ciudad junto a su novia y a su perro no pasó para nada desapercibida ante las miradas penetrantes de los locales. «Son súper respetuosos. Es una calidad de sociedad increíble. Son muy cultos, muy accesibles, muy serviciales y te hacen sentir a gusto en todo momento. Se dan cuenta que sos de afuera y tratan de ayudarte. Estamos viviendo una experiencia fenomenal», aseguró convencido de haber tomado una buena decisión en su carrera deportiva.

Aunque reconoció que en Vitoria se sentía como en casa, admitió que la decisión de cambiar de rumbo fue estrictamente profesional, aún corriendo riesgos después de una lesión grave, para salir de la zona de confort y buscar nuevos desafíos para mejorar física y mentalmente. «Después de tantos altibajos quería dar vuelta la página y empezar de cero», explicó sobre su salida del básquet español. Y se refirió también a la frustración de no poder ser parte del plantel que logró el título en la última temporada: «Me puse contento por los chicos, pero verlo desde el sillón de mi casa no fue para nada lindo».

Pero para Garino no sólo quedó atrás la experiencia de ser parte de un equipo en Vitoria. Durante su recuperación de la rotura de ligamentos cruzados encaró un emprendimiento gastronómico junto a sus socios y después de un estudio de mercado, respaldado por su título universitario en Administración y Marketing, nació Cachito Mío Gourmet, una casa de empanadas argentinas que pegó muy bien en el País Vasco y que promete expandirse por el territorio español a modo de franquicia. «No nos imaginamos que iba a salir tan bien. Tenemos 16 sabores de empanadas, desde las más clásicas a algunas polémicas como las de dulce de leche, las de nutella, de morcilla, de pato, de barbacoa… El País Vasco tiene una gastronomía increíble y la exigencia es muy alta», comentó entusiasmado sobre un proyecto en el que puede usar orgullosamente las herramientas adquiridas en la Universidad George Washington mientras jugaba en la NCAA.

La interesante conversación con Pato Garino desde Lituania siguió su curso hacia el tema específico de básquet y resultó ineludible la referencia al subcampeonato del mundo que logró la selección argentina en el último Mundial, las ganas de competir en los Juegos Olímpicos de Tokio (potenciadas por la postergación por la pandemia) con la ilusión intacta de ganar una medalla olímpica y la esperanza de volver a la NBA que siempre sigue viva.

Mirá la nota completa en Un Lugar en el Mundo, el programa radial de Florencia Cordero: