El intendente Carlos Fernando Arroyo encabezó la asamblea anual del Plan Estratégico de Mar del Plata y abogó por un proyecto sin banderas políticas. ¿Qué pasará con las decisiones ya adoptadas?
El Plan Estratégico fue sin dudas una de las políticas más consensuadas de la anterior administración. Todos los sectores fueron consultados, los especialistas convocados y las voces e intereses más diversos escuchados. El resultado fue un boceto más que interesante de una ciudad para el futuro y la posibilidad, por primera vez en muchos años, de pensar y proyectar a Mar del Plata para las próximas décadas.
El intendente Carlos Fernando Arroyo encabezó la asamblea anual del Plan Estratégico de Mar del Plata y, sin hacer críticas puntuales a la anterior gestión, remarcó que el objetivo es “plantear un Plan Estratégico sin banderas políticas”.
El encuentro se realizó en el Colegio de Martilleros, donde el jefe comunal estuvo junto a Miguel Ángel Donisni, presidente del cuerpo colegiado, y el coordinador general de la Comisión Mixta, Osvaldo Marini. A su vez, participaron representantes de diversos colegios profesionales, cámaras empresariales y entidades de Mar del Plata.
Como anfitrión, Donsini agradeció la presencia en la reunión y remarcó que el objetivo es “buscar una Mar del Plata que crezca cada vez más”.
Arroyo, en tanto, dijo que “el desafío es plantear un Plan Estratégico sin banderas políticas” que permita “tener una casa mejor, porque el partido de General Pueyrredon es nuestra casa”.
Además, Arroyo destacó la relevancia que este el Plan Estratégico tiene para el desarrollo del presente y del futuro de Mar del Plata Batán. En este sentido, el jefe comunal manifestó que “las próximas generaciones, las que aún no han nacido, van a ser las que van a gozar las cosas que se hagan”.
“Este es un tema muy profundo. Y, juntos, tenemos que generar un lugar hermoso para vivir”, indicó.
Sin embargo no pudo develarse la incógnita que preocupaba a muchos de los asistentes, que fueron a la vez actores de aquel debate que culminó con el nacimiento del plan: ¿cuánto de lo acordado será llevado adelante y cuánto de las visiones personales del actual intendente pasará a ser la prioridad de su gestión?.
La sensación que sobrevoló el salón fue que, como en tantas otras cosas, Carlos Arroyo no tiene muy en claro que quiere para Mar del Plata. Más allá de sus eternas alusiones a un tiempo que parece no querer entender que ya ha quedado atrás.
Y que puede encontrarse con más facilidad en el Museo Barili que en el Plan Estratégico.