El año último los argentinos consumieron, en promedio, 40,1 litros de leche líquida, el número más bajo desde los años 2002 y 2003. Los estudios señalan a la inflación y a la recesión causas de la baja
“El consumo de leche está en los niveles más bajos desde [la crisis de] 2001”, aseguró Daniel Menéndez, coordinador nacional del Movimiento Barrios de Pie, como crítica a la política económica del Gobierno nacional. Consultado por Chequeado, Menéndez afirmó que el consumo anual de leche cayó a los 40 litros por habitante, “la cantidad más baja desde la crisis de 2001”. ¿Qué dicen los números sobre el consumo de leche?
Según datos oficiales de la Subsecretaría de Lechería del Ministerio de Agroindustria de la Nación, en 2016 los argentinos consumieron, en promedio, 40,1 litros de leche fluida (es decir, en estado líquido). Esta cifra es la más baja desde los años 2002 y 2003 (cuando se consumieron 37,8 y 37,3 litros, respectivamente) y la caída del 9% con respecto a 2015 es la más fuerte desde 2002 (cuando cayó un 14% frente a 2001).
Todos los datos de este artículo se refieren al consumo aparente de la leche, es decir, un cálculo estándar en el cual a la producción total en el país se le suman las importaciones y se le restan las exportaciones de ese producto.
Como se ve en los datos desagregados de la Subsecretaría, la caída en la compra de leche fluida se debió a una caída en el consumo de leche pasteurizada (la leche en sachet que necesita refrigeración) que bajó un 20% con respecto al 2015, y de leche chocolatada que cayó un 8%. Por su parte, la leche esterilizada (leche larga vida que no necesita estar refrigerada) por su parte, aumentó un 14 por ciento.
Según explicó a Chequeado Eduardo Comerón, coordinador de investigación en lechería del Instituto Nacional de Tecnología Aplicada (INTA), “el consumo de leche y lácteos está muy atado al poder adquisitivo de la gente”. En 2016, según el Centro CIFRA de la CTA que dirige el sindicalista docente Hugo Yasky, el salario de los trabajadores registrados cayó un 6 por ciento.
Según números del OCLA también habría caído el consumo doméstico per cápita de la totalidad de los lácteos, aunque menos que la leche fluida. Según las cifras oficiales, en 2015 hubo un consumo de 214 litros equivalentes per cápita mientras que en 2016 bajó a 201 litros (-6%). Igualmente, el último no fue el año en que se consumieron menos lácteos (por ejemplo, en 2014 se consumieron 197 litros de leche equivalente per cápita) ni la caída más importante desde la crisis de 2001 (en 2013 bajó un 7%).
En este sentido, en el último año cayó el consumo de leche en polvo, quesos, dulce de leche, crema, manteca y yogurt, mientras que la leche condensada y los postres aumentaron sus ventas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) sostiene que “el consumo per cápita de leche y productos lácteos es mayor en los países desarrollados, pero la diferencia con muchos países en desarrollo se está reduciendo”. En este sentido, destaca que “la demanda de leche y productos lácteos en los países en desarrollo está creciendo como consecuencia del aumento de los ingresos, el crecimiento demográfico, la urbanización y los cambios en los regímenes alimentarios”.
Aunque el último año se registró una fuerte caída, Comerón sostuvo que “todavía cumplimos sin problema el consumo lácteo recomendado por la FAO cercano a los 150 litros de leche equivalente”, ya que estamos en 201 litros, aunque destacó que “el principal problema es que no todo el país está en el mismo nivel”.
Según un informe de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale), en 2011 el consumo aparente promedio de la región fue de 141 litros de leche equivalente por persona. Asimismo, destaca que “el consumo de productos lácteos está ligado al concepto de ‘seguridad alimentaria’” y que sólo dos países de la región superaban los 200 litros de consumo anual per cápita (Uruguay y Argentina).