Una vez más Alberto Fernández habló al país y cometió groseros errores en los datos que transmitió. ¿Está solo el presidente?, ¿quién lo asesora?. ¿Se trata de errores o existe la voluntad de ponerlo en evidencia como mal informado?.
«En Corrientes el 75% de las camas COVID se encuentran ocupadas» sostuvo filmina mediante el presidente Alberto Fernández en su informe de situación del día viernes. Y habían pasado apenas unas horas cuando el Gobierno de Corrientes y el propio director del Hospital de la ciudad de Goya salieron desmentirlo.
El director del Hospital “Camilo Muniagurria” de Goya, Dr. Raúl Martínez, refutó los datos en un video y aclaró que en ese lugar no se internan a pacientes con coronavirus, ya que son derivados al Hospital de Campaña que está en la capital provincial. “Cuando en el medio de una pandemia como la que estamos viviendo desde hace más de 200 días, alguien da datos erróneos respecto de la situación epidemiológica, eso puede hablar de dos cosas: ignorancia o malintención. Cuando ese dato lo da una investidura como el Presidente, realmente es de una gravedad institucional que hay que destacar. Si hay mala intención, hay alguna animosidad contra una provincia, una ciudad o un pueblo. Y si hay ignorancia es porque (el presidente) está mal asesorado, y eso también es grave”, sostuvo.
Martínez dijo que con sus dichos Alberto Fernández “le faltó el respeto a todo el equipo de Salud de la provincia que viene trabajando desde el primer día» y que el único lugar de internación de pacientes covid en Corrientes es el Hospital de Campaña que fue montado en la capital y que cuenta con 300 camas de terapia intensiva. “En ese lugar apenas el 5% de las 300 camas de UTI están ocupadas por pacientes con coronavirus”, destacó.
«El aislamiento hace que no caigamos en el dilema que cayó el País Vasco de tener que elegir quién vive y quién muere», había dicho el mandatario argentino hace algunas semanas. La respuesta no se hizo esperar, desmintiendo una vez más la información del presidente: «El sistema de salud en el País Vasco no colapsó. Como lo muestran los documentos del gobierno vasco que se acompañan, no fue la situación del País Vasco ni cercanamente similar a la de otras comunidades en lo que hace al colapso del sistema sanitario. Por el contrario, los recursos se administraron de mejor modo y con menor sufrimiento del que se pretendía ejemplificar en el discurso». ¿Quién le pasó el dato al jefe de estado?.
También según los gráficos del gobierno de Alberto Fernández, Paraguay presentaba una tasa de 1,5 fallecidos por cada millón de habitantes. Sin embargo, los guaraníes salieron rápidamente a contestarle que por cada cien mil habitantes -es decir, un índice diferente respecto del uso por los argentinos- tienen una tasa de mortalidad de 0,146. Otro dato equivocado, otro papelón innecesario.
De hecho, Paraguay es el país del Mercosur con menos cantidad de muertes en relación con la cantidad de habitantes.
Un gráfica difundida por Fernández señalaba que la tasa de fallecidos en Chile por covid-19 es de 98.4 por cada 100 mil habitantes, sólo por debajo de Estados Unidos, que aparece con 276.5 y sobre Brasil con una tasa de 94.3. El embajador chileno señaló que la cifra de su país es de 3.5 fallecidos por cada 100 mil habitantes, muy distante a la cifra señalada por el gobierno argentino. En una clara admonición al gobierno argentino el diplomático realizó un llamado a la «colaboración y rigurosidad para superar esta pandemia».
Tras errores groseros en los datos que expuso acerca de Brasil y Estados Unidos, Fernández debió salir a pedir disculpas oficiales a esos países. Menos de 24 horas después de expresar índices de contagio y fallecimientos totalmente alejados de la realidad se disculpó y aclaró una serie de mensajes y estadísticas erróneas, que se difundieron durante otra presentación del presidente en relación a la continuidad de la cuarentena en la Argentina.
Durante el mes de mayo comparó «el caso sueco» que «no hizo una cuarentena estricta y que por eso tuvo 14 veces más muertos que Noruega. La respuesta de la Embajada de Suecia no se hizo esperar y fue a través de un comunicado donde señalaron que «es difícil hacer comparaciones directas entre las medidas de contención que han adoptado diferentes países». Con mucha diplomacia y esforzándose por evitar un conflicto, acompaña sus dichos con datos oficiales del país nórdico que nada tienen que ver con lo sostenido por el presidente.
¿Qué pasa en la Casa Rosada?, ¿quién desinforma de esa manera a Alberto Fernández?, ¿cuál es el grado de seriedad de los datos que maneja el gobierno y se le transmiten a la población?.
Sea lo que fuese, la sociedad tiene derecho a recibir una explicación sobre estos tumbos que terminan por sumar desprestigio a un país que no es por cierto de los más respetados del mundo. Y el presidente debe asumir con mayor justeza su responsabilidad institucional y aferrarse a una prudencia en el decir que hoy brilla por su ausencia.
Esos discursos desbocados, pagados de afirmaciones dudosas, sin el mínimo chequeo sobre la consistencia de los datos y siempre proclive a caer en comparaciones que de por sí son la negación misma de la diplomacia y el respeto a terceros países pero que agravan el cuadro cuando se basan en mentiras por las que luego deben pedirse disculpas, son propios de países bananeros, gobernados por febriles dictadores del viejo estilo sudamericano pero impropios de una democracia republicana en la que debe primar la sobriedad, la seriedad y el cuidado del propio honor y el de terceros.
Tal vez sea tiempo que el jefe de estado revise valores y ajuste su gabinete de asesores.