La leche derramada en centenares de miles de litros y la historia de un productor que debió arrojar su producción de más de 200 mil kilos de mandarinas al piso, conmovieron a la opinión pública.
El productor Ricardo Rigoni, del departamento de Concordia, Entre Ríos, afirmó: «Tuve que pagar para tirar la fruta. ¿Sabés lo que es tener que irte para que no te vean llorando los cosechadores?», confesó mientras se filmaba un video donde los empleados tiraban al piso las mandarinas.
Además, señaló que en 2014 perdió 400 mil pesos: «Yo un año de trabajo lo tiré. Esto te hace llorar. Ponete en el lugar de que te entren y te roben todo. Bueno, esto es lo mismo. Trabajás un año para nada», indicó al portal Elentrerrios.com, y la infomación se viralizó.
Las imágenes eran por demás elocuentes, ya que 200 mil kilos de mandarinas de exportación, cubrían el pasto en la quinta del citricultor Rigoni, que intentó regalarla y no pudo al igual que tampoco obtuvo éxito en el mercado interno.
«Es fruta de exportación que siempre se vendió. Por ejemplo, el año pasado a la Citrícola Ayuí (planta fabril paralizada). Es fruta que tiene incluso fertiriego, toda la tecnología», precisó el productor.
Pero según se sabe, no es el único citricultor en esas mismas condiciones, porque la fábrica Ayuí que pertenecía a Francisco de Narváez fue vendida —con intermediación del gobierno entrerriano—a un grupo chino.
Sin embargo, cuentan los que siguen el caso, que la planta nunca se reactivó, peligran miles de fuentes de trabajo y los citricultores no tienen a quién venderle: una tragedia.
Llorar sobre la leche derramada
Esta semana también tomó estado público la situación de los tamberos, primero de Santa Fe, que derramaron centenares de miles de litros de leche, porque desde el domingo 19 de julio y durante
72 horas, las fábricas bloqueadas no enviaron los tanques recolectores de la materia prima a los tambos.
El conflicto tomó proporciones de escándalo y según expresó a NA Andrea Passerini, coordinadora de la Comisión Lechera de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) «la Asociación de Trabajadores Industriales de la Leche motorizó las medidas de acción gremial de bloquear las plantas lecheras, en solidaridad con la rebaja de precio de la leche a los tamberos, porque constituyen la fuerza de choque de la Subsecretaría de Lechería de la Nación».
El conflicto se destrabó el jueves después de una reunión de seis horas en la Secretaría de Comercio de la Nación que conduce Augusto Costa y Atilra levantó el paro.
Los presentes firmaron un acta de acuerdo que según Passerini es una paz armada porque no resistirá más de quince días hasta que vuelvan los problemas dado que los productores lácteos no resisten con esta rebaja de precios.
Carbap emitió un comunicado poco después que tituló «Los tamberos no son los responsables de la leche que se tira» y en el que destacó «no habrá cambios en los precios pagados en junio y la industria sólo se comprometió a acercar el precio de julio en la mayor medida posible al de junio».
También aclaró que «ante las lamentables imágenes donde se ve leche derramada en algunas de las principales cuencas lácteas de Argentina, los productores tamberos de Carbap no son los responsables de este accionar ocasionado por un conflicto síndico industrial que no permite que la leche cruda pueda ser distribuida desde el tambo».
Además explicaron que las vacas no pueden dejar de ordeñarse dos veces al día y que los productores carecen capacidad de almacenar la leche de más de dos o tres ordeñes a lo sumo en el campo, ni posibilidad alguna de distribuirla sin el debido procesamiento industrial.
Los miles de litros que «se continuaron tirando en distintas regiones lecheras del país fueron originados por una acción gremial llevada a cabo por el gremio de la industria láctea, Atilra, y en absoluto es avalado por los productores, principales interesados en cuidar la leche, su fuente de trabajo», manifestó la Confederación.
Passerini añadió que «tirar la leche tres días es peor que dejar de percibir 10 centavos por litro durante un mes» y especuló: «Quieren sacar a Saputo, láctea de capitales canadienses, que se vaya y constituir una cooperativa» porque «casualmente el conflicto comenzó en esa empresa ubicada en Santa Fe».
La dirigente analizó que Uruguay, por la situación internacional, «también bajó precios, pero tiene herramientas, por ejemplo un fondo fiduciario 4 millones de dólares, para ayudar al tambero y créditos con un año de gracia para que lo utilice hasta que el precio se haya regularizado».