Quilmes debuta en Once Unidos ante Boca

Después de tres derrotas consecutivas, el conjunto marplatense jugará por primera vez en la temporada en su estadio. El rival será Boca que, al igual que el «cervecero», todavía no conoce la victoria.

Se sabía que, a partir del resultado del fixture, la primera aparición en el estadio de Once Unidos iba a demorar algunos días. Pero acaso no se sabía que ese esperado debut en condición de local (el superclásico no se jugó en el escenario de Parque Luro) iba a producirse con el equipo inmerso en una seguidilla de derrotas y lesiones.

A pesar de todo, seguramente no le faltará apoyo esta noche a Quilmes, cuando reciba, desde las 21, a Boca Juniors, en su cuarto partido de la temporada 2015/16 de la Liga Nacional de Básquetbol.

En condiciones normales, debería ser un encuentro entre dos equipos con ciertas aspiraciones. Pero la realidad indica que ninguno ha ganado hasta aquí en lo que va del certamen. El «tricolor» acumula un récord de 0-3, en tanto el «xeneize» suma 0-2.

La ansiedad por empezar a ganar comienza a transformarse en necesidad para ambos, aunque ninguno -eso es obvio- llega en su mejor momento.

Por el lado de Quilmes, sin los lesionados Maximiliano Maciel y Luca Vildoza, con Alejandro Spalla entre algodones y todavía con la nueva contratación, Enzo Ruiz, en vías de incorporarse (llega el lunes), el panorama no es precisamente diáfano.

Boca, por su parte, después del flojo debut en Bahía Blanca, ofreció una cara mucho mejor el jueves, en la derrota en el alargue frente a Peñarol. Sin embargo, el escolta estadounidense Manny Atkins, la segunda ficha extranjera del «xeneize» recién llegará hoy al país, y por lo tanto tampoco estará presente hoy.

Atkins, con antecedentes en la D-League (la liga de desarrollo de la NBA), es un neoyorquino de 1,98 metros y 24 años, formado en la Universidad de Georgia State y que deberá superar la revisación médica para incorporarse a las filas de los dirigidos por Adrián Capelli.

De acuerdo a lo que mostró en los dos primeros partidos, y más allá de los resultados, el pivote Rashaun Freeman ha mostrado sobradas condiciones como para complicarle la vida a los internos del rival de turno. No juega solo, claro. Pero cuando la pelota pasa por sus manos, anote o no, Boca es otro equipo. Hasta ahora promedia 26,0 puntos y 8,0 rebotes. Como para tenerlo muy en cuenta.

Con Freeman como referencia para elaborar el plan defensivo, lo que seguramente implicará un trabajo extra para Diego Romero y Tayavek Gallizi, también se vislumbra un sacrificio especial de Fernando Calvi, quien tendría que actuar como alero -ya lo hizo en Junín-, en caso de que Spalla no llegue al compromiso de hoy.

Fuente: La Capital