Tras una larga reunión en Olivos la jefa de estado no pudo bajar el enojo del ministro. Randazzo siente que ha sido utilizado para condicionar a Scioli, no quiere ir a provincia y pueda alejarse.
Tras el encuentro con la mandataria Florencio Randazzo fue a su despacho en la Rosada, reunió a sus colaboradores y se retiró raudamente evitando todo contacto con la prensa.
Se lo notaba enojado -algunos cercanos utilizaron el término furioso- y con muchas ganas de patear el tablero. Siente que Cristina lo usó para presionar a Scioli y lograr aplastar cualquier intento de independencia.
La operación tuvo éxito: la designación de Zannini como vice deja al motonauta en un estado muy cercano a la esclavitud.
A Randazzo le ofrecieron esta mañana dos premios consuelo: ser candidato a gobernador bonaerense o encabezar la lista de diputados nacionales. Pero no hubo caso; el hombre se retiró indignado de Olivos y se rumoreaba por estas horas que su decisión sería la de volverse a su casa.
«Yo no soy un fo… como Scioli», se le escuchó decir esta mañana. Y hasta se llegó a pensar que contra la orden presidencial iba a mantener su candidatura a la primera magistratura en las PASO.
Pero habrá que esperar, tan sólo unas horas, para saber como decanta la furia en el hombre de Chivilcoy.
