(Escribe Adrián Freijo) – La 9 de Julio cuenta con el apoyo del gobierno municipal que ha tenido frente a la empresa una actitud de debilidad. Pero Martín y Martín S.A. viene con padrinazgo porteño.
Son muchos los incumplimientos en los que ha incurrido a lo largo de su extensa gestión la Empresa 9 de Julio, encargada de la recolección de residuos en la ciudad. Sin embargo en cada caso fue «premiada» con aumentos de cánon, perdón de multas y miradas distraídas frente a violaciones del pliego que en cualquier lugar serían suficientes para dar por caída la concesión.
A lo largo de los años el negocio de la basura ha venido rodeado de sospechas de corrupción -que nunca pudieron ser comprobadas, aunque realmente nadie se preocupó demasiado por hacerlo- y la convicción de que detrás de él se escondían fuertes intereses políticos.
En Mar del Plata, durante muchos años, se denunció que el poderoso empresario Florencio Aldrey era un «socio oculto» de la 9 de Julio, y si bien ello nunca pasó de un fuerte rumor, es cierto que en más de una ocasión fue el titular del multimedios local el que levantó el teléfono para destrabar algún trámite frenado. Como lo es el hecho incontrastable de que sus medios nunca fueron a fondo cuando la empresa dejó a la ciudad tapada de basura, incumplió las frecuencias o fue beneficiada con escandalosos reconocimientos de mayores costos que nunca pudo justificar seriamente.
Pero además, ha sido notorio que la poderosa figura de Hugo Moyano ha estado siempre al servicio de la concesionaria y supo en más de una ocasión tirar sobre el municipio todo el peso del gremio, amenazando con paros y movilizaciones, si no eran reconocidos los reclamos de la empresa escudados en la necesidad de otorgar aumentos salariales exorbitantes.
Un cóctel de poder político, empresario y gremial que tuvo por años a la ciudad de rehén.
Pero las cosas han cambiado y hoy, con un cambio de color político en la nación la provincia y el municipio, tercian nuevos actores que parecen no estar dispuestos a perder el principal contrato que tiene la Municipalidad de General Pueyrredón y que puede llegar a los 600 millones de pesos al año.
La velocidad en el tratamiento del pliego y el apuro en resolver la cuestión antes del cambio de autoridades no hacen otra cosa que aumentar el ambiente de sospecha.
En un trámite express se procedió el pasado jueves a la apertura del sobre Nº 2 que contiene las ofertas económicas y que superan ampliamente el presupuesto oficial.
Llamó la atención que no hubiese información alguna por parte del municipio, ya que ambas ofertas superan largamente el presupuesto oficial y ello haría aconsejable que la decisión la tomaran las próximas autoridades.
Según se refleja en la documentación Transportes 9 de Julio SA ofertó $49.202.869,71 y Martín y Martín SA cotizó $ 53.124.718,45. Una carga financiera que deberá afrontar Carlos Arroyo y que sería bueno se le diese la ocasión de resolver en la materia.
Ocurre que la empresa Martín y Martín SA es una de las mimadas de Nicolás Caputo -el empresario que maneja todas las cosas importantes de Macri- y éste logró que ya se haga cargo de una de las zonas de recolección de la CABA. Previo acuerdo con Moyano, con quien el contacto «amistoso» de hoy comenzó justamente…durante la negociación de este contrato.
Y entonces son muchos los que temen que el «fin de época» llegue también a la cuestión de la recolección si el macrismo -con Arroyo como mascarón de proa- tiene la posibilidad de decidir en el asunto.
Millones en danza, presiones y apuros por todos lados, acuerdos en las sombras y, por supuesto, los marplatenses mirando como se definen estos negocios que siempre financiaremos nosotros.
Porque es bueno recordar que esos 600 millones anuales salen de nuestros bolsillos, aunque la ciudad esté cada vez más sucia, las calles destruidas y los servicios a la espera de tiempos mejores.
Pero los «buenos muchachos»…poniendo a salvo sus negocios.
¿Qué basura; no?