A una semana de las elecciones generales, los candidatos ajustan sus estrategias mientras la gente no percibe otra cosa que los tironeos para llevarla hacia uno u otro campamento. ¿Los problemas? bien, gracias.
Mauricio Macri parece convencerse que con los votantes dispuestos a seguir acompañándolo pese a todos los problemas que vive la sociedad, no alcanza. Que muchos de los argentinos que en 2015 lo acompañaron para terminar con la ordalía kirchnerista, la mentira , el aislamiento y la corrupción hoy ya no pueden seguir apostando a un gobierno que los relegó en las prioridades, los sumió en las carencias y se jugó por los más ricos a la espera de un supuesto «derrame» que nunca llega. O que directamente ya no le cree…
Sergio Massa encara la última semana de su titánica tarea para evitar la polarización. Siempre supo que el objetivo era ese y que caer en ella sepultaría todas sus expectativas de cara al 2019. Y sabe también que deberá redoblar esfuerzos para sortear la casi histérica embestida de Cambiemos para convencer a los argentinos que son ellos o el retorno de Cristina y sus acólitos. ¿Podrá?. Si lo logra puede comenzar otra historia de cara a octubre…
Cristina, «escondida» en su bunker y solo corporizada a traves de spots publicitarios, es posiblemente la que espera el domingo con más tranquilidad. Todo indica que ya consolidó los números que tal vez la conviertan en ganadora pero seguramente le darán un margen interesante para comenzar a caminar el tramo que la devuelva primero al liderazgo peronista y luego a la presidencia. Tal vez sea un objetivo que no tiene mucho contacto con la realidad…pero en Argentina nunca se sabe y por si acaso ella hace su parte…
Todos se juegan en esta elección muchas cosas más importante que el común de los ciudadanos. Cualquiera se el resultado, la composición de las Cámaras no variará sustancialmente y por lo tanto la realidad parlamentaria tampoco.
Puede haber un cambio de humor político, pueden nacer nuevos liderazgos, pueden morir expectativas y nacer otras. Hasta puede pasar que un peronismo unido (una vez más) comience a sitiar a un gobierno empecinado en creer que las cosas son como él quiere y no como la realidad las muestra. Y ya sabemos como termina esa historia y también que siempre es el hombre de a pie el que paga los platos rotos.
Pero lo que no aparece en el horizonte, con cualquier resultado posible, es la solución que todos necesitamos a nuestros problemas principales: trabajo, seguridad, futuro.
Para lo que seguramente nos dirán que...tenemos que esperar otra elección.