María Eugenia Vidal quiere una policía como «la de Nueva York» pero le brinda elementos como a la de Uganda. Personajes, circunstancias y negociados que muestran que nada ha cambiado.
La gobernadora dice querer una policía del primer mundo, pero entre persecuciones y ninguneos dota a La Bonaerense de los peores elementos para comnbatir el crimen.
Los anuncios de una nueva reforma piolicial vuelven a aparecer como una simple estrategia de márketing que, ahora se sabe, esconde además los peores negocios que emparentan a la conducción de la institución con aquellos tiempos que dice querer dejar atrás.
La venda, poco a poco, va cayendo de los ojos de una sociedad que ya sospecha que una vez más la engañaron.
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