No fue una gestión brillante y muchas de las decisiones tomadas lesionaron derechos de los jubilados. Pero Carlos Regazzoni taponaba negocios del dúo Quintana-Lopetegui y pagó el precio.
Detrás de su despido estuvo la presión del dueño de Farmacity y vicejefe de Gabinete, Mario Quintana; que se reparte favores con Gustavo Lopetegui.
El primero es fuerte en el mundo de la salud y el segundo en el sector aerocomercial; y así como Quintana convenció a Macri de despedir a Isella Constantini para favorecer los negocios de su amigo, este devuelve gentilezas entregando la cabeza del titular del PAMI para abrir la puerta un millonario negocio a la empresa de su compañero de ruta, algo a lo que el eyectado se negaba.
«Es simple ver como funciona cuando se trata de negocios. Quintana lo cubrió a Lopetegui echando a Isela Constantini de Aerolíneas Argentinas y ahora Lopetegui le devuelve el favor echando a Regazzoni», explicó una fuente al tanto de lo ocurrido.
Justamente fue Lopetegui, vicejefe de Gabinete y a cargo de la supervisión de la gestión del PAMI, quien convenció a Macri de la necesidad de desplazar a Regazzoni, un funcionario que mantenía línea directa con el Presidente.
Es que el ex titular del PAMI siempre se opuso a la intención de Farmacity de desembarcar en la provincia de Buenos Aires e instalarse como principal proveedor del gobierno provincial, algo que ahora se supone verá concretado con la designación de Sergio Cassinotti, que llega para alinear a la obra social de los jubilados, con los intereses de Quintana, enfrentado a los laboratorios.
Un negocio millonario del que se han apropiado «los hombres del presidente» y que seguramente, como tantos otros, terminarán pagando los jubilados. Y otra confirmación de que en la Argentina no existe chance alguna de que se termine la corrupción que, una vez más, apenas cambió de manos.