River ganó otra final por la sabiduría de Gallardo («Bonaparte»)

Por José Luis Ponsico (*) – Boca hasta la llegada de Marcelo Gallardo a River, tercer regreso, dos como futbolista, 03 y 09, ocurrido en agosto´14, tenía supremacía  en estos cruces.

Boca hasta la llegada de Marcelo Gallardo a River, tercer regreso, dos como futbolista, 03 y 09, ocurrido en agosto´14, tenía supremacía en dos aspectos. Lo había eliminado en torneos internacionales, especialmente en la noche -inolvidable «xeneize» de penales 5-4 en el Monumental´05- y la final del´76 único cruce «a finish», la «avivada» de Rubén Suñé en «El Cilindro» de Racing

El popular «Muñeco» Gallardo, talentoso futbolista, en el ocaso, había «salvado»  a River en «La Bombonera»: un tiro libre perfecto faltando 15 minutos en el torneo de AFA ´09 y antes de cumplirse un año repitió con otro «chanfle» perfecto en el Monumental. Los dos a Roberto Abbondanzi.

Muchos antecedentes pero este ciclo lo ubica a Gallardo como un estratega genial a la hora que River debe cruzarse con Boca en instancias de eliminatorias semifinales y finales. Desde la primavera 2014, el uno a cero, pié abierto de Leo Pisculichi, centro fuerte de Leonal Vangioni. La noche de Marcelo Barovero.

Gallardo sorprendió mayo 2015 cuando volvieron a cruzarse por Copa Libertadores Donde Boca aparecía como «una fija» -el equipo de Rodolfo Arruabarrena había ganado invicto, fase previa; River llegaba con errores- y el DT dejó afuera a Leonardo Pisculichi y sorprendió con Leo Ponzio y Matías Kranevitter

El fútbol «champagne» de River de Gallardo en la primavera de 2014, el millonario completó 32 partidos sin perder -superó racha de «La Máquina», 1941-42 antes de la partida de José Manuel Moreno a México, en ninguna de esas instancias estuvo en la sintonía fina. Por el contrario, River se impuso por temperamento

Esta vez, Boca con 23 puntos de ventaja sobre un descolorido River en la Superliga -con errores, no «ligando» casi nada- pintaba como favorito. Aunque el mundo Boca sabía que ni River ni Gallardo «estaban muertos». En Mendoza, otra vez el combate territorial lo ganó psicológicamente el River de Leo Ponzio, el jefe en la cancha.

Los errores estuvieron del lado de Boca. Apelando como único recurso al pelotazo para el veloz Christián Pavón, por parte de los «lanzadores» Edwin Cardona y Pablo Pérez. Sin ningún aporte de Carlos Tévez, que no es 9 ni lo será. Incómodo ante un Jonatan Maidana que hace rato lo viene anulando. Desde los amistosos de verano.

Una buena jugada de Ignacio Fernández por derecha. Diagonal ante el colombiano Frank Fabra, eficaz atacando, dando ventajas en defensa. Una «pared» con el zurdo Gonzalo Martínez. Pausa y «Nacho» que encara buscando el penal. El zurdo ex Gimnasia y Esgrima, piernas largas, «invita».

Cardona, «un creativo», no siente la marca y es torpe cuando baja. Lo tocó apenas. Fernández estaba rodeado por tres defensores de Boca. Misión imposible. Cardona lo hizo posible. Penal para River. Patricio Loustau estaba a cinco metros. Algo similar ocurrió en Córdoba, diciembre 2016. «Nacho» encaró. Lo tocaron. Penal

River esa noche le ganó a Rosario Central, partido memorable 4 a 3 por aciertos de Gallardo y dos penales que cobró Loustau, concretados por Lucas Alario. En todos los casos, errores defensivos del equipo de Eduardo Coudet. Errores que otras veces cometió River para quedar a 23 puntos de Boca en la «Superliga»

La segunda parte fue de Franco Armani: cuatro intervenciones cruciales. Dos pelotas sacadas «a lo Fillol» -manotazos de voley, grandes reflejos- por cabezazos «a quemarropa». Un mano a mano con el colombiano Fabra -único que produjo Boca en los veinte minutos que dominó claramente- y de rebote otra salvada con el pié.

En una «cortada» a Pavón, el arquero de Casilda -Oscar Córdoba lo recomendó a Boca cuando Guillermo Barros Schelotto decidió prescindir de Agustín Orión- llegó como defensor a diez metros fuera del área «un segundo antes». Si hubiera sido «después», infracción y expulsión faltando veinte minutos.

Gallardo promovido en River, Primera, 17 años, 1993 por Daniel Passarella. Una vez el «Kaiser» dijo de él: «Todo lo que no tiene de físico, jugador liviano, cerebral, lo tiene de inteligencia. Es un talentoso», antes, Mundial Francia 98.

Nacido en el 76, barrio «El Mosquito» de Merlo, oeste bonaerense, a 45 kilómetros del Monumental de River. Se alojaba estando en Quinta, en la casa de su amigo Matías Biscay, hijo del árbitro internacional Juan Carlos Biscay. En Victoria, cerca de la cancha de Tigre y no muy lejos de Nuñez.

Biscay, padre, comentó cierta vez: «Marcelo a los 16 años ya era un chico que pensaba como un grande. Inteligente, astuto, buen corazón. Se quedaba en casa. Un hijo más». El propio ex referí añadió que con el dinero ganado de la primera transferencia al Mónaco, en el 98, repitió lo de Javier Zanetti. Una Fundación.

«En Merlo, padre e hijo, los Gallardo, dieron merienda y atención a un centenar de chicos de familias humildes. Marcelo en Francia, como «Pupi» en Italia, no olvidaron sus orígenes de familias de obreros», afirmó el papá de Matías.

Hoy, Gallardo repite lo que algunos periodistas exageran: piensa como un General en batalla. Sorprende con movimientos -los ingresos de Bruno Zuculini e Ignacio Scocco, antes Camilo Mayada por lesión de Gonzalo Montiel- dieron oxígeno a River «Nacho» Scocco recorrió 80 metros en el segundo gol riverplatense.

El delantero ex Ñuls despejó de cabeza el córner donde Zuculini tomó a Pablo Pérez. Pudo ser penal. Hubo otros en ambas áreas. De «yudo». El azar quiso que la pelota fuera donde estaba, solo, «Nacho» Fernandez. El zurdo, ex Gimnasia, nacido en Castelli -estilo campechano en su trato- inició un largo recorrido. A puro tranco»Carrozas de fuego»: Fernández la llevó 40 metros. Pero Scocco venía por el medio recorriendo 80 metros. El resto lo hizo la gambeta, el amague de «Pity» Martínez, otro decisivo contra Boca. Fabra en el piso, centro con la derecha y Scocco que había salido del área chica de River, estaba en el área chica de Boca.

Imposible pensar que Gallardo predijo semejante contrataque. Pero Fernández hasta hace dos semanas estaba en dudas para ser titular Y su homónimo «Nacho» salio dos minutos antes del banco de suplentes. Gallardo justificó por qué River le hizo el mejor contrato de todo el fútbol de América del Sur.

(*) Periodista marplatense. Columnista de La Señal Medios y Libre Expresión. Ex gerente periodístico de la Agencia Télam.