Cambios en el gabinete y Caputo en la conducción del BCRA

El fracaso de la política cambiaria y las heridas que dejó la decisión de investir con más poder a Dujovne desataron salidas en el gabinete nacional y el final de la era Sturzenegger.

Mauricio Macri apuró esta tarde una cumbre con ministros en medio de los rumores de cambios de gabinete que incluyen la posible salida de Federico Sturzenegger del Central, tras otro día de escalada del dólar.

«Es evidente que tenemos un problema de credibilidad en el mercado, un día después que «Toto» Caputo anunció que la semana que viene va a vender 7.500 millones de dólares, siguen comprando a más de 28, cuando la cuenta lógica es que va a caer el precio», decían en las últimas horas en las cercanías del presidente.

La fuente también comparte la lectura que se impone en el establishment económico, político y hasta en los mercados internacionales: Macri necesita reducir su gabinete y concentrar las decisiones en ministros con poder. Se suma ahora a ese diagnóstico la salida de Federico Sturzenegger, reemplazado por el propio Caputo como jefe del Banco Central. La amistad y la consideración con la que lo distinguió siempre el presidente no fueron sostén suficiente para los reiterados tropiezos que ha cosechado desde el sillón principal de autoridad monetaria.

Inclusive se dice, aún por lo bajo, que en las últimas horas se habría recibido una comunicación directa desde el principal despacho del FMI alertando sobre la preocupación que en el organismo han generado estos fracasos y aconsejando «no quemar un dólar del préstamo acordado si no se tiene antes la seguridad de que la escalada será frenada». Algo que no parece estar muy cerca y que disparó un cambio a la medida de aquellas exigencias.

A ello se suma entonces la decisión presidencial de achicar la nómina de ministerios, algo que pensaba implementar en los próximos meses pero podría adelantarse habida cuenta de la queja de Dujovne quien sostiene que no logra que sus pares del área económica acepten la coordinación que le fuera encomendada por el titular del Ejecutivo. «Hay algunos que prefieren seguir hablando con Marcos (Peña) o Caputo, que no están muy convencidos del nuevo papel del Ministro de Hacienda» sostienen en las cercanías de su despacho.

Macri a la hora de justificar su rechazo a modificar el equipo que integró, apela al mismo razonamiento que trazaba ante pedidos similares en la Ciudad. «Un ministro tarda seis meses en encontrarle la vuelta al cargo y ponerlo en marcha, a esta altura no podemos perder ese tiempo», suele argumentar.

En la mesa chica se animaron a decirle que por la inacción de algunos ministerios la falta de gestión no sería muy percibida por la gente. Es por ese argumento razonable que le sugirieron que el cambio de gabinete sea inmediato, de manera de llegar a las elecciones del año que viene con la maquinaria nuevamente en marcha.

En principio de los 20 ministerios existentes solo quedarían 8, lo que permitiría un ahorro del 20% de lo que hoy insumen los gastos funcionales. Y aunque todos coinciden que ello no sería representativo a la hora de paliar el déficit del estado, aceptan que sería un buen mensaje para la sociedad.

Es muy probable que el fin de semana se utilice para redondear la lista de entradas y salidas y el lunes amanezca con una nueva organización de gobierno. Por ahora, la máxima autoridad monetaria será ejercida por un hombre en fuerte sintonía con el FMI. Todo un mensaje…