¿No fue o no lo invitaron?. Lo cierto es que a la reunión del primer mandatario con 2.000 intendentes argentinos el de general Pueyrredón optó por no concurrir. «Hay muchos problemas» dijo.
Raro y hasta fuera de toda lógica. El presidente convoca a 2.000 jefes comunales para repartir $3.000 millones en obras y el de General Pueyrredón se queda en su ciudad.
“Me quedé en Mar del Plata porque hay cosas sumamente necesarias, compromisos que tenía con anterioridad y el conflicto que tenía en la calle que ya se está por resolver”, le dijo Arroyo a un medio local e insistió: “Lo quiero mucho a Macri, soy de Cambiemos, pero lamentablemente obligaciones de marplatenses con marplatenses me forzaron a estar acá”, indicó el jefe comunal.
Pasemos lista a las actividades de Arroyo a la hora en la que debería estar con el presidente. En primer lugar fiscalizó las tareas del EMSUR mientras se levantaban dos microbasurales en el camino al Cementerio Parque y luego leyó la presentación que desde el área legal del municipio se hizo a la justicia para que intervenga en el acampe frente al palacio.
Dos actividades que, en principio, parecen insuficientes para ser el único jefe comunal de un municipio importante que rechazó la invitación de la Rosada.
Salvo, claro está, que sea verdad lo que esta mañana afirmaba a la prensa un funcionario cercano al Ejecutivo, también impulsado desde afuera y que por estas horas ya es definido por sus pares como estrella fugaz: «la verdad es que no lo invitaron; ya nadie quiere saber nada con él».
En ese contexto, Arroyo descartó cualquier tipo de problema con dirigentes de Cambiemos. “No tengo ningún problema con nadie, pero tengo dificultades en la ciudad y yo me tengo que encargar de resolverlas”, añadió.
