San Vicente: el propio General no tiene quien lo cuide

El peronismo confunde lo público con lo privado. Acostumbrado a no dejar el poder por medios democráticos, nunca pensó llegado el día en que ello ocurriera. Y Perón se quedó solo…

Pensar en el peronismo como una ideología o una doctrina implica asociarlo a principios o conceptos básicos en lo social, económico, cultural y político. Ahora, bien, reflexionar sobre la liturgia peronista involucra a sus símbolos e íconos: la marcha,
el escudo y la bandera, los dedos en “V”, las esfinges de Perón y Evita y la Quinta de San Vicente. Este lugar, que allá por 1946 el General eligió para pasar sus ratos de descanso junto a Evita, tras los triunfos de Cambiemos en provincia de Buenos Aires y en la mencionada localidad será administrado por el PRO y los radicales.

“Yo tengo una gran preocupación”, disparó  Daniel Di Sabatino,
ex intendente de San Vicente, al ser consultado sobre el destino del Museo 17 de Octubre. A pesar de que aún no existen definiciones de la gestión provincial, específicamente de la Secretaría de Cultura (ex Instituto Cultural), responsable del museo, perder la administración de la propiedad ubicada a 64 kilómetros de la Capital, en el predio de 19 hectáreas frondosas de eucaliptos, tilos, cedros azules y nogales entre las 86 especies de árboles-, implica perder mucho más que un museo.

“Hasta logramos trasladar los restos de Perón”, expresó Di Sabatino, sobre la propiedad, expropiada en 1990 por la Legisla-tura provincial, donde se encuentra el mausoleo del General.

Con el encanto propio de los campos de la pampa, el predio es punto de reunión en las fechas patrias peronistas. “Siempre tenían alguna referencia en el lugar. Incluso eran constantes los encuentros de trabajo con in-tendentes, referentes de los gremios o movimientos sociales. Es un lugar emblemático y un punto de encuentro”, dijo el ex alcalde.

Resulta que la estancia sintetiza los hitos más importantes del movimiento justicialista. Allí se respira la mística nacional y popular. Desde los días felices de descanso de la pareja presidencial, donde -según señala la leyenda-, a la sombra del alcanfor de la quinta -que le hacía las veces de repelente-, Perón redactó las bases de la Constitución de 1949, hasta la expropiación de la quinta en manos de la Revolución Libertadora, el regreso del General del exilio y la prisión domiciliaria de Isabelita.

“Siempre se trabajó articuladamente en-tre el municipio y la Provincia para que esté abierta constantemente, para proyectar algunas cuestiones que no vale la pena ni pensar”, lamentó el presidente del Partido Peronista de San Vicente. Ante la repregunta de este medio, explicó: “Existían proyectos. Una segunda etapa del museo -que in-cluiría del ‘55 al ‘73-, parte de lo planificado por Antonio Cafiero, y, el más importante, la creación de la Universidad Nacional Peronista. Mi aspiración es que haya alguna posibilidad de que el PJ pueda tener intervención”.

El referente del FpV finalizó: “Fernando Espinoza, presidente del PJ provincial, tiene la total disposición para que se pueda instrumentar algo con la Provincia”.