Tras asegurar la clasificación al Mundial, el capitán Luis Scola se mostró muy optimista respecto del presente de la selección argentina de básquet.
«Haberle ganado a Estados Unidos no nos cambia nada. La preparación para enfrentar a México es la misma, cuando llegamos a la concentración sabemos que venimos para jugar dos partidos. No tiene sentido modificar la forma de entrenar por estar clasificados”.
“Disfruto mucho de viajar a jugar con Argentina; el hecho de cortar el año para verse varias veces con el grupo -antes no estaba esa posibilidad- y jugar de local, se disfruta. Además con resultados positivos esas sensaciones se potencian”.
“Siempre soy optimista. Con la línea que venimos marcando en los últimos dos años sabía que nos iba a ir bien. Entre la AmeriCup y las ventanas FIBA dimos una muestra del equipo que somos. Tenemos un buen nivel y esperaba clasificarme así”.
«Tuvimos un momento malo, en la ventana de Olavarría, pero en líneas generales estuvimos muy bien. Y es la línea que venimos marcando en los últimos dos años. Si vos te fijás, tenemos muchos partidos como el de Estados Unidos, como el de Puerto Rico, como el de Uruguay. En la AmeriCup le ganamos a México por más de 30, a Venezuela, a Islas Vírgenes… venimos mostrando esta tendencia».
“El recambio no comenzó hace dos años, es un proceso paulatino en el que se van incorporando nuevos jugadores. Hoy en día, la Selección goza de buena salud. Tenemos nivel para competir con cualquiera”.
«No hay un punto de recambio, no hubo nunca desde que estoy en la selección. Quizá el único fue en 1999, cuando se bajaron 12 jugadores y fuimos 12 jugadores nuevos. Eso no volvió a pasar. Todos los años se fueron cambiando uno o dos jugadores y va a seguir pasando lo mismo. Nunca va a haber un recambio».
“Estamos en constante reconstrucción, no se puede jugar el mismo básquet que se jugaba hace unos años. El básquet va cambiando y nosotros debemos ajustarnos. Pese a eso, veo similitudes entre este equipo y aquel de principios del 00´, esencialmente en la forma de pensar, de entrenar y de ser fuera de la cancha. Esto no quiere decir que en seis meses estemos entre los mejores cuatro del mundo”.
“Si vos agarrás al equipo de Atenas y lo comparás con el de Beijing, no tiene absolutamente nada que ver. La forma de jugar cambió totalmente. No se puede jugar como se jugaba hace cuatro años, olvidate de hace 14 o 16″.
«Se juega otro básquet, con otras características de jugadores. Con otra capacidad atlética, con otra capacidad técnica, incluso con otra capacidad física. Sino todos estaríamos jugando como el equipo del 50. El básquet cambió”.
«Yo veo mucha similitud con el 2001. Nosotros fuimos a jugar a Indianapolis pensando en salir quintos del mundo y hoy estamos pensando en más o menos lo mismo. Yo pienso que en ese momento decíamos: vamos a ser quintos, por las dudas, ‘vos decí quintos’. Era esa la sensación. Y ahora siento la misma sensación. Decimos: ‘vamos a clasificar a un Juego Olímpico’. Pero estamos pensando en otra cosa. Me recuerda mucho a ese equipo. Y también la forma en la que jugamos, en cómo nos entrenamos y como nos comportamos día a día».