100 mil empleos más en negro y se destruyeron 213 mil en blanco

El Indec registró en el último trimestre de 2014 un salto de casi un punto porcentual de la tasa de informalidad laboral. Recesión y presión tributaria fueron determinantes.

El organismo oficial de estadística informó que en el último cuarto del año se registró un crecimiento generalizado de la proporción de asalariados «sin descuento jubilatorio» en sus haberes, a un total de 34,3% de los trabajadores en relación de dependencia. También la EPH detectó un aumento de los ocupados por cuenta propia, a 23,6% del total de los empleados.

Se trata de dos fenómenos combinados en la misma dirección y que en los noventas se habían bautizado como indicadores de «precariedad laboral», en un contexto claramente recesivo, donde la creciente presión tributaria, al resistirse el Gobierno a ajustar los mínimos no imponibles de Ganancias y la actualización de los balances por inflación, habría contribuido a intensificar esos movimientos.

La reactivación que siguió a la crisis de la convertibilidad del peso uno a uno con el dólar y el acento puesto en la disciplina fiscal había posibilitado reducir la informalidad laboral de un pico superior a 59% del total de los ocupados en el segundo trimestre de 2003, cuando asumió la presidencia Néstor Kirchner, a un mínimo de 38,7% diez años después. Desde entonces, se asistió a un «punto de giro» y ahora volvió a superar el 40% del total, más entre los cuentas propistas, donde afecta a más de la mitad del segmento y 34,3% de los asalariados.