El flamante presidente está decidido a combatir la corrupción, dentro y fuera de su gobierno. Y espera que se ponga en marcha un “proceso de depuración” en los tribunales de Comodoro Py.
“Hay dos jueces federales que deberían dar un paso al costado“, dijo ayer a Clarín una fuente del futuro gobierno. Se refería a Norberto Oyarbide y a Rodolfo Canicoba Corral. El primero está muy debilitado porque siguió durante estos años el manual del kirchnerismo. El segundo, dicen en el macrismo, jugó “muy fuerte” por la candidatura de Daniel Scioli, con quien aspiraba llegar hasta la jefatura de la AFI.
En la mesa judicial del nuevo Gobierno hablan de una depuración “espontánea” en un plazo corto, no más de seis meses. Eso significa que los jueces se vayan con la jubilación en la mano.
El proceso, que podría abarcar a otros jueces de tribunales superiores y a los tradicionales operadores que impulsó el gobierno de Cristina Kirchner, no es una prioridad para el nuevo Gobierno. Nadie quiere un enfrentamiento abierto con los jueces federales, tal como se dio durante la gestión de Gustavo Beliz, el primer ministro de Justicia de Néstor Kirchner, que ideó un proceso de reforma en la justicia federal y se tuvo que ir por la puerta chica.
Los Tribunales de Retiro son un manojo de operaciones cruzadas por estas horas. Varias de sus figuras se candidatean abiertamente para suceder a la procuradora Alejandra Gils Carbó, si finalmente decide dar un paso al costado.
Cerca de Daniel Angelici aseguran que hay un acuerdo en la mesa chica del PRO para que el “Tano” pueda influir en esa decisión. Eso mejoraría las chances de algunos candidatos. El presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti, no es ajeno a esa disputa. “Hay que esperar que se vaya, y sino vamos a trabajar con el PJ para conseguir los votos necesarios en el Senado”, dijo ayer un hombre de confianza de Macri.
Garavano comenzó su carrera judicial en el fuero federal, pero no integra la “familia” de Comodoro Py. Sin embargo, en las últimas horas recibió el llamado de varios jueces y fiscales federales.
El flamante ministro de Justicia dedicó toda la semana a planificar sus primeras medidas y al armado de su equipo de trabajo. Martín Borrelli estará a cargo de la Secretaría de Asuntos Registrales, Juan Mahiques en el área de Asuntos Penitenciarios y Eugenio Cozzi recalaría en la Inspección General de Justicia. Los tres se suman a los nombres ya confirmados: Laura Alonso, Claudio Abruj o Mauricio Devoto. La mayor incógnita sigue siendo el secretario de Justicia, aunque Garavano ya decidió que ese cargo tenga una impronta distinta a la gestión de Julián Alvarez.
El nuevo ministro fue una de las sorpresas del nuevo gabinete tras la renuncia de Ernesto Sanz, quien fue su principal impulsor, según pudo saber este diario. “No aceptes ningún cargo”, le dijo el senador radical antes del balotaje. Garavano se emocionó con esa charla.