Tras el lunes negro en las Bolsas mundiales, parte de los mercados asiáticos tomaban un poco de aire este martes, pero los principales, los de China y Japón, seguían a la baja. Incertidumbre y miedo.
China, cuya situación económica ha suscitado la preocupación que generó la debacle del día previo, continúa con fuertes descensos. Mientras los mercados se encuentran a la espera de qué medidas pueda tomar el banco central, el índice general de Shanghái retrocedía el 7,63% al cierre, tras haber abierto con una bajada del 6,41%. Shenzhen, la segunda Bolsa del país, perdió el 7,09%.
En las últimas cuatro sesiones Shanghái, la principal Bolsa china, ha perdido un 22% de su valor, la mayor caída en cuatro jornadas desde 1996. El desplome del lunes, del 8,48%, supuso su mayor descenso en ocho años y eliminó las ganancias del año, lo que precipitó un pánico que arrastró a los mercados mundiales. La caída en lo que va de 2015 es del 7,01%, y por primera vez en ocho meses, el índice se encuentra por debajo de los 3.000 puntos.
En medio de un nerviosismo aún generalizado, el deseo de comprar barato alentó al resto de las bolsas asiáticas. En Tokio, el índice Nikkei cerraba con una caída del 3,96%. El índice Hang Seng en Hong Kong cerró en positivo el 0,72% moderando sus ganancias tras abrir con un alza del 1,4%, mientras que Sidney subió un 2,7%.
Persisten las incertidumbres en torno a la salud economía china, la segunda del mundo y uno de los motores de crecimiento global. En el segundo trimestre del año creció un 7%, el ritmo más débil desde 2009, y los últimos indicadores han alentado el temor a que la ralentización pueda ser más brusca de lo esperado. Y las medidas que ha adoptado el Gobierno chino no han conseguido hacer calar un mensaje de tranquilidad.