Redacción – Tras la reunión entre el presidente y Horacio Rodríguez Larreta quedó en evidencia la falta de acuerdo y la tensión entre ambas jurisdicciones. Puso en duda la competencia de la Corte.
El presidente Alberto Fernández dijo hoy que el jefe de Gobierno porteño fue «muy injusto, ingrato y se equivocó» con sus declaraciones de ayer, marcando claramente el tono de la reunión mantenida y el estado actual de la relación con quien, hasta ayer nomás, era citado como «mi amigo Horacio».
«Estaba muy exaltado hablándole a su público. Lo que dijo es mentira», dijo Fernández en rueda de prensa en Olivos, en la que ratificó que la decisión del Gobierno nacional de suspender la presencialidad de las clases por 15 días en el AMBA «no va a ser alterada».
Alberto sostuvo que «los datos científicos dan cuenta que el problema no ocurre en los colegios, sino que detrás de la presencialidad de alumnos se genera todo un movimiento social que incrementa mucho la circulación ciudadana«, justificando con ello su decisión de evitar la presencialidad en los institutos educativos, medidas que despertaron el rechazo del Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y una decena de gobernadores que se disponen a recurrir a la justicia solicitando la inconstitucionalidad de la norma.
Así lo afirmó en una conferencia de prensa tras reunirse en con el jefe de gobierno , en la que le explicó las razones por las cuales suspendió la presencialidad en el AMBA durante las próximas dos semanas.
Fernández advirtió que «la saturación de camas en la ciudad de Buenos Aires es realmente preocupante» ante la segunda ola de contagios por coronavirus y remarcó que «ninguno de nosotros quisiera frenar la presencialidad» en las escuelas.
«Nuestra idea es reducir drásticamente la circulación en las próximas dos semanas. Eso le expliqué al jefe de Gobierno», dijo Fernández tras el encuentro de más de una hora con el titular del Ejecutivo porteño, en la que agregó que su decisión «no es un acto de altanería ni prepotencia».
«El virus no nos deja dudar y no nos da tiempo cuando dudamos. Con el virus no negociamos y debemos ser inflexibles. Por eso tomé la decisión que tomé», dijo el presidente.
Dijo que «las leyes se hacen para ser cumplidas» y sostuvo que «a los que no les gustan (las medidas adoptadas para mitigar los contagios de coronavirus) que recurran a la Justicia».
«A mí la rebelión, no. En un estado de derecho las leyes se cumplen. No estoy para tolerar la indisciplina de muchos restaurantes colmados de gente», enfatizó.
Más allá de las afirmaciones puntuales con respecto a los motivos que lo llevaron a firmar el DNU la exposición presidencial giró en torno a lo que definió como «decepción» por el comportamiento del Jefe de Gobierno y también acompañó en todo momento la estrategia de Máximo Kirchner y Axel Kicillof, las espadas más potentes de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, tratando de subir al ring principal a Mauricio Macri, insólitamente presente en todas las comunicaciones políticas del gobierno.
«Si tanto le preocupan los adultos mayores que me ayude a cuidarlos» dijo Alberto en uno de los párrafos más significativos para entender el grado de divorcio que existe hoy entre ambos dirigentes. «Si quieren ir a plantear el asunto en los tribunales que lo hagan» sostuvo antes de poner en duda la competencia de la Corte para resolver esta cuestión, en lo que sonó a una reinterpretación de la norma que equiparó a la CABA con el resto de las provincias argentinas.
Esto último podría generar el enfrentamiento más agudo entre ambas jurisdicciones y hace más urgente que nunca un pronunciamiento del principal tribunal argentino.