Sin definiciones en el tramo local de la boleta de Juntos

Por Adrián FreijoPor estas horas el intendente Guillermo Montenegro y su primera espada Alejandro Rabinovich se encuentran en CABA tratando de resolver una unidad que hoy parece lejana.

El escenario reconoce hoy para el oficialismo local una doble complicación: la decisión de Gustavo Pulti de alejarse de la contienda local y la posibilidad de que sin su nombre en la boleta Acción Marplatense vuelva a los magros resultados conseguidos cada vez que ello ocurrió, dispara una escenario de polarización entre Juntos y el Frente de Todos que, si bien estaba planteado, no tendrá ahora la presencia de una tercera fuerza que atraía a votantes peronistas desencantados y a independientes entre los que podía haber un número no determinado de ciudadanos que en la anterior elección eligieron por la opción que hoy gobierna la ciudad.

Nada de eso va a ocurrir ahora y el partido local, sin su principal espada al frente, no parece poder atraer una cantidad de votos suficiente para evitar que todo se concentre en el choque de planetas entre las dos fuerzas políticas que hoy parecen hegemonizar el vida institucional de la Argentina.

Y es en ese posible escenario que crece la otra preocupación del intendente y se acrecientan los temores acerca de las consecuencias que sobre la gobernabilidad podría tener una derrota en las generales -lo que hoy aparece lejano por el alto apoyo que suscita la figura de Montenegro, pero no imposible por el escaso nivel de conocimiento de quien encabezaría la lista oficialista- y también, en el caso de un enfrentamiento con el radicalismo en las PASO, la imagen de un noche electoral en la que el peronismo kirchnerista apareciese como la fuerza más votada en la ciudad.

Lo que hasta ayer aparecía casi como un apacible recorrido hasta la elección, de la mano de un acuerdo entre Montenegro y Maxi Abad, hoy se ha transformado en una azarosa travesía por aguas borrascosas debido a las pujas en la provincia, la falta de visión de la dirigencia nacional de ambas fuerzas y las ambiciones personales que operan sobre General Pueyrredón como una tenaza que le impide avanzar en el sentido que estaba planificado por los dos principales líderes políticos de la coalición.

Las ambiciones personales de Horacio Rodríguez Larreta, más preocupado en el 2023 que en el próximo proceso de elecciones, impide un acuerdo provincial que, encuestas en mano, debería caer de maduro: Facundo Manes mide hoy en cualquier encuesta muy por encima de un Diego Santilli al que, por ahora, el bonaerense observa como sapo de otro pozo y que además ha arrancado su campaña con el resbalón que representa, en la provincia de las pampas extendidas, los suburbios urbanos más profundos y los rudos puertos bonaerenses, ofrecer un mechón de pelo como idea liminar de su propuesta.

Y esta vez no hay un Aníbal Fernández para enfrentar, con todo lo que de ventaja ofrecía para la instalación de una figura sonriente y moderada como la de María Eugenia Vidal. ¿No aprendió el jefe de la CABA de la revolcada sufrida por Mauricio Macri por creer que todo se resolvía con márketing y publicidad?.

Presos de esas rencillas y apetencias, Montenegro y Rabinovich bregan junto a Abad por evitar una ruptura que además parece absurda en el distrito. Todo estaba acordado y hasta había entre los amarillos voluntad de dar un paso más en actitudes de desprendimiento en el distrito para calmar la ansiedad de muchos correligionarios por rescatar ubicaciones que los acerquen a las siempre bienvenidas vituallas del gasto público.

«Aquí gobernamos juntos, no hay necesidad de ninguna pelea» dicen en el despacho principal de la comuna mientras pasan lista a las reparticiones y cargos que están en manos de la UCR. «Si hay una PASO y les ganamos se quedarán con mucho menos de lo que hoy tienen, y si los vencedores son ellos la gobernabilidad entrará en un cono de sombras que obligará al intendente a nuevos acuerdos políticos que pueden representar la necesidad de ceder esas áreas a otras fuerzas políticas. ¿Qué sentido tiene romper lo que ha andado bien?» se preguntan sin entender las órdenes que vienen «de arriba».

Si el retorno desde CABA se produce sin que haya acuerdo de unidad el sábado alumbrarán dos listas y la contienda será inevitable.

El Frente de Todos se relame agradecido de la torpeza de un rival que puede ayudarlo a encontrar, por una vez al menos, el sitio más alto del podio.

A veces la política se convierte en el arte de lo imposible…