Stiuso también recibió amenazas sobre sus hijas

El ex jefe de Operaciones de la ex SIDE Jaime Stiuso se presentó ante la Justicia y pidió protección para sus hijas. Teme que todo se haya ido de las manos.

Stiuso denunció haber recibido vía e-mail fotografías de sus hijas –dos mayores de edad de su primer matrimonio, y una menor de su actual pareja– saliendo de sus respectivas casas. Las fotos eran acompañadas de amenazas de asesinarlas, dijo Stiuso. La custodia fue dispuesta esta semana por el juez que subroga al magistrado titular de ese juzgado, Luis Rodríguez.

La casilla de correos de la que había partido el mail era la misma que días antes de su muerte le enviara, con la misma forma y también con fotos, la amenaza al fiscal Alberto Nisman que lo hizo retornar de urgencia a la Argentina.

Stiuso había partido rumbo a Uruguay a fines de diciembre y regresó al país a mediados de enero, dos o tres días después que Nisman, confiaron a Perfil en su entorno. Se encuentra ahora en el país.

Negar a Bogado. Ese mismo juzgado tiene un expediente iniciado el 12 de noviembre pasado que puede transformarse en una nueva pieza del caso Nisman. El medio nacional accedió a una causa penal de menos de cincuenta fojas iniciada por Stiuso contra Allan Bogado, quien fue acusado por Nisman de operar para el entorno presidencial en las negociaciones con Irán como supuesto agente de Inteligencia. Stiuso se aseguró con esta denuncia desconocer a Bogado como parte de su estructura, dos meses antes de la presentación del fiscal Nisman en la que se señala a “Allan” como un hombre cercano a Cristina. Esta semana, el gobierno informó que Bogado no reviste como agente de la SI.

El 27 de octubre de 2014, Stiuso ordenó iniciar una investigación preliminar interna sobre Bogado en el Departamento de Contrainteligencia. La orden se basó en un llamado que Stiuso dijo recibir de un funcionario de la Aduana, Damián Sierra. El 12 de noviembre instruyó al director de Asuntos Jurídicos de la SI, José María Padilla, para que denunciara a “Allan” ante la Justicia por supuesto “tráfico de influencias”. La causa tendría algunas contradicciones entre la denuncia de Stiuso y la versión de un testigo.

El 24 de octubre, Bogado hizo una gestión para ser recibido por el director nacional de la Aduana, Carlos Alberto Sánchez, un hombre de Jorge Capitanich. Según la denuncia, la reunión fue pactada por el dirigente kirchnerista Roberto Porcaro, y Bogado entró al edificio central de la Aduana, en Azopardo 350, junto a un funcionario pingüino, Eduardo Balceda, subdirector general de Operaciones de Aduanas del Interior. La denuncia dice también que Bogado se presentó como miembro de Inteligencia para comunicar al jefe de la Aduana que el Grupo Clarín preparaba una supuesta “operación de prensa” contra dos funcionarios de la cartera. A Daniel Santana, subdirector de Operaciones Aduaneras Metropolitanas, lo iban a acusar de “manejar el contrabando en la Argentina”. A Damián Sierra, pareja de la ex titular de ese organismo, Silvina Tirabassi, le iban a apuntar “con un tema viejo de Brasil”.

El juez citó a Sánchez como testigo. El jefe de la Aduana confirmó que recibió a Bogado y que éste le comunicó sobre la supuesta “operación de prensa de Clarín”. Que no pidió dinero ni favores, que estaba con un joven de unos 20 años a quien presentó como su hijo, que el funcionario Balceda no estaba y que Bogado no se presentó como hombre de la SI sino como “de Presidencia”. Bogado y Sánchez se conocían desde 2013. El funcionario Balceda avala su versión.

Sin embargo, Stiuso sostiene otra versión. Según la denuncia, después de escuchar a Bogado, las autoridades de la Aduana pidieron que Sierra llamara al “ingeniero Stiuso” para saber si Bogado era realmente un agente o trabajaba para él. Stiuso lo negó y ordenó abrir un expediente interno para investigarlo.

Dos semanas después del encuentro entre el director de la Aduana y Bogado, se publicó la anunciada nota sobre una lujosa posada en Buzios que sería de Damián Sierra, funcionario de la Aduana. Luego del artículo, Sierra fue denunciado penalmente. Sierra, sostienen altas fuentes de la Aduana, tendría una estrecha relación con Stiuso y ante el juez Rodríguez avaló la versión del espía.

La instrucción de Stiuso de denunciar penalmente a Bogado fue tres días después de la publicación de esa nota. Es por supuesto “tráfico de influencias” al haberse presentado como agente de Inteligencia del Estado.

Es la palabra de dos contra dos. La Justicia determinará quién dice la verdad. El juez Rodríguez ordenó copia de las cámaras de seguridad del edificio de la Aduana para corroborar si registraron el ingreso de Bogado al edificio y con quién lo hizo.