Siete meses separados por el capricho de una jueza marplatense. La justicia de Tucumán confirmó la guarda de adopción y ahora, tras un sufrimiento absurdo y evitable, estarán al fin juntos.
Así comunicaba hoy en su face el abogado marplatense Julio Razona, representante legal de Mercedes Calcagno y Juan Carlos Méndez, sus papás, quienes hoy volverán a encontrarse con la menor que tenían en guarda de adopción y de la que habían sido alejados por una insólita decisión de la jueza de Familia Adriana Rotonda quien en octubre pasado dispuso una medida de abrigo que alejó a la niña de sus afectos primarios.
Es que, cabe recordar, H. fue adoptada de manera directa, con la “expresa conformidad de la madre biológica” de la niña ante una jueza de Catamarca. Sin embargo, con la implementación del nuevo Código, ahora se requieren de otras “formalidades” para lograr la guarda de la menor.
“Una vez que terminen los trámites, la idea es volver a Mar del Plata. Tanto Mercedes como Juan Carlos perdieron sus trabajos, dejaron todo los que los ataba a Mar del Plata y se fueron a Tucumán a buscar a su hija y, afortunadamente, lo lograron”, concluyó Razona.
¿Era necesario tanto dolor?, ¿no puede la justicia local mostrar alguna vez una cara humana cuando de menores se trata?, ¿la fria letra de la ley hace olvidar principios básicos de humanismo?, ¿alguna actitud de los padres adoptivos podía hacer suponer un grado aún mínimo de mala fe u ocultamiento?.
Lo cierto es que la historia, aún con este final que a todos nos hace felices, dejará sin duda una secuela de angustia e inseguridad que por mucho tiempo acompañará a H y a sus padres. Aunque también la niña conocerá en el futuro una historia de amor y entrega que mueve a la emoción.
Y sabrá también que frente a jueces frívolos e insensibles se alza otra justicia, la que piensa en las personas con criterio de protección y cobertura, y padres capaces de dejar todo para recuperar a quien, más allá de cualquier consideración, es por derecho propio su hija.
Final feliz…
