Telpuk: otra víctima del «Síndrome Montenegro» que padece Arroyo

Por Adrián FreijoLa cercanía del ahora ex jefe de la Policía Local con el pre candidato del PRO hizo estallar la rabia en el entorno del intendente y fue eyectado de su cargo. Lo que sigue.

«El que se saque una foto con Montenegro se va de mi gabinete» tronaba hace algunas semanas Carlos Arroyo, cansado de que varios de sus funcionarios -y sobre todo la mayoría de los concejales del cada vez más agrietado espacio Cambiemos- se hiciesen los distraídos y cayeran, como quien no quiere la cosa, en los campamentos y recorridas del enviado de Macri-Vidal para desembarcar en estas playas.

Ocurre que Fernando Telpuk, a quien lo une una relación con Guillermo Montenegro desde antes de la llegada de ambos a la ciudad- no solo frecuenta habitualmente al diputado sino que habría sido tentado por este para participar activamente en su campaña hacia el sillón principal de la comuna.

Y en una administración llena de delaciones, internas y sospechas cruzadas, esto no dejo de ser aprovechado para apuntar los cañones contra el funcionario, al que inmediatamente le colgaron el mote de «traidor». Parece ser que algunos no se acostumbraban a estar a la sombra de Telpuk, hombre reconocido por sus antecedentes y méritos profesionales, y aprovechando la llegada al intendente -cultor entusiasta de desplazarse a todas partes con una guardia pretoriana de policías locales, incluido su jefe virtual Marcelo Lencina– habrían deslizado a su permeable oído a todo tipo de chismes y conspiraciones la idea de que el ahora desplazado «le estaba jugando en contra».

Fue suficiente para que, una vez más, Arroyo expulsara sin más a quien había definido pocas semanas antes como «seguramente el mejor funcionario de seguridad de toda la provincia».

En las cercanías de Telpuk se dice por estas horas que el hombre estaría pensando seriamente aceptar la propuesta de Montenegro y saltar sin más a la arena política. No se descarta que sea la cabeza de la posible lista de candidatos a concejales que el diputado presente de cara a las próximas PASO.

Tanto anunciar desembarcos en Normandía, parece que al intendente se le está llenando por retaguardia la propia playa de barcazas y que en cada una de ellas viene un nuevo enemigo, al que su paranoia inventa y la realidad convierte en verdadero.

Pequeñas miserias de una administración que, signada por el autoritarismo interno, nos recuerda a cada paso que no tiene idea de hacia donde marchar.

Dos años y medio después…no hay equipo.