Tiembla Piazza: el Gordo Valor se dedica ahora al diseño de ropa

El ex líder de la mítica superbanda dice que cambió de rubro. En la cárcel de Campana ejecuta un nuevo plan: vender remeras, gorras y bermudas con su foto y su nombre.

El Gordo Valor pasa horas concentrado en su nuevo plan. En su celda de la cárcel de Campana, dibuja, anota y piensa cada paso a seguir. El ex líder de la superbanda que robaba bancos y blindados está por ejecutar su próximo golpe. Será sin armas, será legal: el famoso bandido comenzó a diseñar remeras, gorras y bermudas con su nombre. Su esposa, Nancy, ya registró la marca “Gordo Valor” .

“La idea es darle trabajo a algunas personas y pensar en tener una salida laboral. Las remeras tendrán logo y algunas llevarán mi foto, no pretendo hacer ninguna apología”, dijo Valor a BigBang.

INDUSTRIA ARGENTINA

En su época de apogeo criminal, cuando invertía en grandes negocios y en su casa había escondites con gruesos fajos de billetes de cien de dólares, el Gordo Valor soñaba con abrir una cadena de bares que llevara su nombre. Registró la marca y por entonces tenía un representante que planeaba vender muñequitos suyos y remeras con su imagen. “Estoy diseñando las remeras. Si Dios quiere, en un mes se podrán vender. Van a ser baratas, pero no fijé el precio aún. Las van a vender afuera porque los presos no podemos manejar guita”, explicó.

“Las remeras tendrán un logo y algunas llevarán mi foto
A Valor lo animaba saber que en varios países, los restaurantes llamados Al Capone o Lucky Luciano, los reyes de la mafia en los Estados Unidos de los años 20, se habían convertido en la atracción de comensales y curiosos. El Gordo se imaginaba vestido con traje negro, sentado a una mesa del fondo, con un vaso de Martini en la mano y rodeado de retratos de Al Pacino –en la piel de Scarface– y de Marlon Brando en El Padrino, sus películas favoritas.

DESPUÉS DE LA CAÍDA

Valor fue detenido el 6 de julio de 2014, cuando iba por San Miguel en una camioneta con pedido de secuestro que llevaba cuatro armas de fuego. “Me hicieron una cama”, denuncia el célebre rufián. Llevaba dos meses de libertad condicional.
Se cree que Valor robó más de 50 blindados en los años ochenta y noventa. Foto: Clarín.
La penúltima caída había sido el 31 de julio de 2009, después de una accidentada persecución policial. El hampón, que según la Policía estaba por cometer un robo, chocó en su auto contra una fila de árboles del country Olivos Golf Club de Pablo Nogués, en el norte del conurbano bonaerense, una porción de campos y casas de dos plantas construidas en barrios cerrados, con vista a un lago y vigilados por guardias privados las 24 horas.

“Robé y estoy en cana. Hay políticos que son ladrones de guante blanco y siguen libres. ¿O acaso el corralito no fue el robo del siglo?
En los ochenta, la Policía lo catapultó como: “Enemigo público número uno”. Ese mismo mote recibió Al Capone, que contrabandeaba alcohol durante la Ley Seca y cayó no por matar sin piedad, sino por evadir impuestos.

LIBRO Y PELÍCULA

Valor tiene otros proyectos: escribir un libro y vender su historia para que filmen una película. “Parece que los policiales están de moda. Con Puccio se armó una locura bárbara. Pensar que lo conocí a Arquímedes, era el encargado e la biblioteca. Era malo, pero lo respetaban”, dice Valor.
“Con Puccio se armó una locura bárbara. Pensar que lo conocí a Arquímedes, era el encargado e la biblioteca. Era malo, pero lo respetaban
En la Argentina, decir Gordo Valor es sinónimo de ladrón pesado. Hasta los políticos lo usan como adjetivo descalificativo. Una vez, Lilita Carrió comparó a Néstor Kirchner con el Gordo Valor. También dijo que pactar con Eduardo Duhalde era lo mismo que pactar con Valor. El famoso ladrón se ríe de esas frases. No quiere hablar de política ni de políticos. Sólo dice: “Robé y estoy en cana.

“Hay políticos que son ladrones de guante blanco y siguen libres
Para muchos, Valor representa un estilo de ladrón que está en vías de extinción. “Los pibes hoy por el paco te matan por un par de zapatillas. Se acabaron los códigos”, dice el Gordo. A más de 25 años de la superbanda, cambia de rubro: ahora le gusta la moda.