Los intendentes de Juntos por el Cambio, incluido el marplatense Guillermo Montenegro, coinciden en señalar que la norma es imprescindible para no inmovilizar a la provincia.
Montenegro fue a su manera un adelantado: el jefe comunal viene insistiendo en la necesidad de «ayudar en la gobernabilidad» al hombre con asiento en La Plata y que la administración bonaerense “tenga capacidad de recaudar lo que necesita para gobernar”.
Pero a su postura se suman ahora otros pares con territorio del arco opositor que ven pasar los días y necesitan, en todos los casos con urgencia, fondos frescos para obras y funcionamiento de sus municipios. Para ellos la oposición por la oposición misma es una opción fuera de cualquier consideración.
«La ley tiene que salir, tiene que ser consensuada, no se puede trabar la a provincia, no hay margen para decir que la provincia puede estar sin presupuesto», dijo el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
Su par de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, sostuvo a su tiempo que “Axel contó para qué necesita recursos y habló sobre los contenidos de la ley.También dijo que podíamos disentir con esta manera de recaudar, así que estuvo bien planteado en términos de que no fue una confrontación».
Ambos coinciden en que no se puede afectar con el aumento del 75 por ciento el inmobiliario urbano y, junto con Montenegro y algunos otros «rebeldes» están convencidos de que la propuesta final del gobernador tendrá en cuenta esta realidad y habrá una disminución que algunos se atreven a ubicar en un 50%.
Lo cierto es que las conversaciones existen, la intención es ayudar a la salida de la ley y el escenario anuncia lo que puede venir de aquí en adelante: los intendentes con responsabilidades directas no van a aceptar una postura de oposición cerril a todo lo que plantee el oficialismo.
Ahora queda esperar…
