Especial desde Caracas – Está en marcha la salida de Maduro y su reemplazo por una junta cívico-militar orientada por líderes que responden a oficialidad joven y a la oposición. Ayuda mundial.
Para los observadores internacionales el régimen de Nicolás Maduro no tiene cómo sostenerse. Sostienen que objetivamente las bases que supieron cimentar la experiencia bolivariana se encuentran hoy quebradas y muchos de los que las sostenían comienzan a saltar la barricada.
Y aunque el mensaje opositor pasa por exigir elecciones generales este mismo año, todos saben que el desgastado régimen no está dispuesto a hacer otra cosa que tratar de ganar aquello que justamente ya no le queda: tiempo.
Se pupo que en varias guarniciones del Ejército Bolivariano hubo esta mañana alzados debates entre la oficialidad joven, que en gran porcentaje ya no acepta reprimir el descontento popular y los mandos superiores -comprometidos con el régimen y la corrupción- que aparentemente quieren acentuar la respuesta violenta como forma de ganar tiempo para organizar una huída que asegure a sus familias y bienes mal habidos.
Mientras esto ocurre a ojos de los venezolanos, comienza a crecer el nombre del ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López quien esta mañana sostuvo que el derecho a manifestar pacíficamente está garantizado en la República Bolivariana de Venezuela y si bien se manifestó como «bolivariano» reiteró en tres ocasiones el respeto al disenso, a la constitución y los límites legales para la represión. Su mensaje fue tomado como una síntesis entre la posición legalista de las cúpulas militares y el espíritu rebelde y cercano a las protestas de aquellos oficiales jóvenes.
Hoy exteriorizo lealtad al régimen, pero lo hizo sin insultar y con indisimulado pesimismo sobre el rumbo que están tomando los acontecimientos.
Pero quien fue seguramente más lejos en la nueva costumbre de diferenciarse del demencial mensaje de Maduro y Cabello fue la Fiscal General Luisa Ortega Díaz asegurando que la manifestación pacífica es un derecho consagrado en la Constitución y que procesaría todas y cada una de las denuncias de represión. Para los observadores, que en las Fuerzas Armadas y en la Justicia comience a observarse algún grado de independencia del gobierno central es un dato que indica hasta el punto al que ha llegado el quiebre del otrora poder absoluto del chavismo, sobre todo en vida de su fundador.
Pero seguramente lo más impactante, habida cuenta de las muchas versiones existentes en las últimas horas ha sido el anuncio de la presidenta de la Asociación Civil Control Ciudadano, Rocío San Miguel, quien informó que los vuelos de la aviación privada estaban suspendido en el país desde las 2:00 de la tarde de este martes, hasta mañana 20 de abril hasta las 6:00 de la tarde.
“Suspendida aviación privada en toda Venezuela. Paralizada aviación en tierra y desviados vuelos desde las 14:00 horas de hoy hasta el 20 de abril” así lo indicó San Miguel a través de su cuenta de Twitter.
¿Qué había ocurrido?; según fuentes del organismo la cantidad de programaciones de vuelos privados para esas fechas excedían en un 300% el movimiento normal, y lo que los hacía doblemente sospechosos era que la gran mayoría estaban encargados por cuenta de empresarios, jerarcas y militares vinculados con el régimen bolivariano.
¿Escape masivo?. Eso es lo que pensaron muchos militares y civiles de los que están llamados a manejar la inminente transición y por eso resolvieron que ninguno de los anotados pueda salir del territorio nacional en forma legal y por vías convencionales.
Según fuentes de la inteligencia militar, los pasos inmediatos de quienes encarnan hoy el sector «rescatable» del poder, por no tener imputaciones de corrupción ni haber agredido a la población civil opositora, serán:
1-identificar y desarmar a los colectivos civiles chavistas,
2-negociar con la oficialidad joven del ejército y con los líderes de la oposición un gobierno de transición que suponga un Gran Acuerdo de Salvación Nacional,
3- Preparar una depuración del Poder Judicial intimando la renuncia de los miembros de la Corte.
4-Recabar una ayuda humanitaria y compromiso de asistencia financiera internacional para asegurar la profunda reforma económica que permita recomponer la destruida economía sin que todo el peso caiga sobre la empobrecida población,
5- Constituir una Junta Cívico Militar de Salvación Nacional que solicite la renuncia del pleno del gobierno, prohíba la salida del país de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, los miembros de la Corte y todos aquellos funcionarios de alto rango denunciados por corrupción o violación a los derechos civiles de los venezolanos y,
6- Solicitar la urgente intervención de la ONU, la OEA y ODESUR para dotar de legalidad al nuevo proceso que desembocaría en elecciones generales no más allá de los 180 días, amparándose en el Estado de Emergencia Nacional que permite el desplazamiento de un gobierno elegido en elecciones libres.
La unanimidad de voces que en el mundo repudiaron la represión de hoy recordando que la responsabilidad por disparar contra manifestantes es individual y que no cabe decir que al no hacerlo se obedecen ordenes, es tomada por los líderes del «Maduro estás Fuera» (nombre clave que se le dio al plan cívico militar) como una muestra más de la soledad con la que deberá ahora enfrentarse el gobierno.
La suerte parece estar echada y la imposibilidad de dar respuestas económicas y sociales por parte de la administración y su pertinaz intento de acallar el disenso por medio de la violencia, angostan el camino de cualquier posible acuerdo.