La ida del «Bocha» Flores a 40 años de la partida del «Maestro»

Por José Luis Ponsico (*)El zurdo Eduardo «Bocha» Flores, 77 años, falleció a pocos días del aniversario del deceso del artífice del gran ciclo «Pincharrata»1965/70, el gran Osvaldo Juan Zubeldía.

 

José Luis Ponsico

El zurdo Eduardo «Bocha» Flores, 77 años, padecía una enfermedad pulmonar. En las últimas horas, virtal hijo de La Plata que maravilló el fútbol de Estudiantes desde tiempos de la 5ta. con Juan Ramón Verón -la «Bruja» la misma edad- no pudo con el agravamiento de salud. Flores fallecido a pocos días del aniversario del deceso del artífice del gran ciclo «Pincharrata»1965/70, el gran Osvaldo Juan Zubeldía. Apodado el «Huevo» Zubeldía así cariñosamente lo llamaban los suyos, murió en Medellín el 17 de enero del 82. Tenía 54 años. El mundo «Pincha» aún lo llora.

De pibe Osvaldo, nacido en Junín, 24/06/27, el mismo año de Juan José Pizzuti y las «Mellizas» Legrand, uno después de Amadeo Carrizo y Fidel Castro, el inolvidable entrenador de Estudiantes de La Plata que ganó todo en los´60, siendo niño vivía para el fútbol y simpatizaba con River. Al menos lo que se conoció cuando llegó a la Capital Federal para una prueba en Vélez Sarsfield. El puesto, siempre, un «8» organizador. En la «V» azulada, el eterno Victorio Spinetto lo hzo «10» bajando y crecìa Norbero Conde, habilidad y pegada, como «8» en posiciones invertidas. El «Beto» Conde goleador. En la temporada del 53 convirtiò 19 goles.

Osvaldo Zubeldía: el padre de una etapa irrepetible

Admirador de «La Máquina» 1941, tuvo favorito al inefable José Manuel Moreno, antes de ser inmortal «Charro» Moreno, en el´ 43 cuando la «rompió» en México. Osvaldo tuvo prueba en Vélez Sarsfield y quedó en el¨49. Su entrenador y maestro, siendo futbolista de medio campo, otro recordado: el gran Victorio Spinetto que estuvo 15 años como DT. en la «V» azulada. Detrás de Guillermo Stábile en la selección (1943/59).
La fama de Zubeldía remite como DT. multicampeón con Estudiantes de La Plata, 1965/70, «Pincha» campeón Mundial Interclubes 1968, antes Copa Libertadores´68. Luego otras dos, 1969 y 70. En el 67 Estudiantes primer club «chico» campeón de AFA. El Metropolitano del 67. En inolvidable final con Racing Club, el «Equipo de José» (Pizzuti, DT.) de las 39 fechas sin perder entre la segunda rueda del 65 y la primera del 67, curiosamente en Avellaneda con el equipo.

La dupla Bilardo-Pachamé tuvo su historia y también sus desencuentros

El «Pincha» de Zubeldía. Una noche memorable por varias curiosidades: la caída del invicto y la pelea entre Carlos Bilardo y Carlos Pachamé en pleno partido. Con la expulsión de «Pacha». Ganó Estudiantes 2 a 1. Racing sin invicto en «El Cilindro». Pachamé hijo de Ensenada, mucho amor propio, no esperó el micro de regreso. Emprendió la vuelta por su cuenta con el bolso por la avenida Calchaquí. Hizo cinco kilómetros hasta alcanzar un ómnibus de línea suburbana. Zubeldía arregló todo dos días más tarde. Los dos futbolistas fundamentales.

En Vélez su partido más destacado, no podía ser de otro modo, en los albores del 50, goleada de la «V» azulada a River, cancha de Ferro. Un 5 a 3, Osvaldo convirtió tres goles al arquero que mucho antes lo veía casi como otro ídolo. No fueron muchos los que le hicieron en un mismo partido tres goles al «Coloso» del arco de River.

¿El partido ?. En el ciclo de la gran campaña de Vélez con Spinetto DT. Allá por 1953. O antes (Adamo, Huss, Alegri, Simeone, Jorge «Finito» Ruiz, Ovide. Adelante, Sansone, Conde, Juan José Ferraro, Zubeldía y Mendiburu. Por ese partido, Boca lo adquirió tiempo después. Llegó a la Ribera con Antonio Valentín Angelillo. Nada menos. Osvaldo se especializó en hacerle goles a Amadeo. En La Bombonera, primavera del 56 de cabeza en un córner desde la derecha anticipó a Néstor Rossi, casi nada. La clavó arriba. Ganó Boca, cuando River enfilaba para el bicampeonato.

En sus tiempos vistiendo la casaca de Vélez Sárfield

Esa tarde debutaron tres pibes de la Tercera, Dos llegaron lejos. Antonio Ubaldo Rattín que golpeó feo de entrada al ídolo riverplatense, Angel Labruna. El 5 de Boca, 19 años. El eterno goleador de River, 37. Con Rattín llegaron a Primera Juan José Rodríguez, popular «Yaya» y el puntero izquierdo misionero de fuerte remate, Eduardo Senés. Capicúa.

Zubeldía, tipo generoso, decía: «Nunca le pegué bien a la pelota desde fuera del área. No obstante, cuando firmé como DT. de Atlanta, después de mí paso como futbolista en el club de Villa Crespo, 1960, casi con 33 años, estando Sánchez (Miguel) y el juvenil Hugo Orlando Gatti, creo que <de grande< aprendí a pegarle, bien, con «efecto».

Probando a los arqueros, mucho tiempo, uno se perfecciona. Ojalá cuando estaba en Vélez, luego en Boca, 1956, hubiera pegado como lo hacía en Atlanta, 1961/62″ confesó Zubeldía al periodista Eduardo Rafael, uno de sus admiradores. Atlanta de Zubeldía le ganó a Boca y a River, en un ciclo inolvidable del equipo «bohemio».

En enero de 1965 firma como DT del «Pincha» con Geronazzo como ayudante de campo

Le vuelta de su amigo Argentino Geronazzo, cuatro años menor, ex «5» de Vélez´52, luego un paso por el fútbol italiano, permitió a Zubeldía compartir horas de análisis sobre tácticas y estrategias del juego que apasiona a millones. Al punto que en el 65 editaron un libro que supone «un ajedrez» futbolístico, en dibujos tácticos. Movimientos con pelota, sin ella. La luego célebre «ley del offside» segundos antes del lanzamiento del medio-campista al delantero de punta y el paso adelante de los centrales. En combinación con los laterales. Para que nadie quede «enganchado».

Geronazzo miraba a los futuros rivales de Atlanta y marcaba pautas. Sin haberlo tratado, un posible heredero, Marcelo Bielsa. Entre ambos, Zubeldìa y Geronazzo fundaron en el 62 la Escuela de Técnicos que funcionò en los primeros tiempos en un piso de la AFA. Calle Viamonte al 1400, pleno Centro de la Capital Federal. Cerca del Palacio de los Tribunales porteños. Con ellos, se anotaron José Ramos, el «6» de » «La Máqina» de River; Luis Ferreyra

No le fue bien en Vélez a la dupla en el 64. Un equipo en formación aunque en el comienzo del torneo otra vez golearon a River. Un 4 a 2 en el Viejo Fortín de Villa Luro. En el verano del 65 firmó para Estudiantes de La Plata y Osvaldo en persona se dedicó a buscar los refuerzos de un equipo platense de floja campaña en el 64. Con promedio de descenso al igual que Platense y Argentinos Jrs.

Uno de los elegidos, Carlos Bilardo, el mediocampista de Deportivo Españoll ex Tercera de San Lorenzo. Un típico «batallador» en el medio. De marca y salida rápida, según comentó el propio Bilardo que le dijo Zubeldía luego de verlo en un amistoso de verano, en cancha de Atlanta.

La llegada de Bilardo es la del discípulo y ejecutor de la idea central en el campo

«Me espero -justo esa noche metí un gol y otra pelota en un palo; estaba con bajo peso pero me sentía bien», describió Bilardo su primer encuentro con Zubeldía. «Quiero formar un equpo combativo a la hora de defender y eficaz a la hora de atacar. Vos sos ideal. Tenés experiencia de Primera B donde todos se matan, no sos un negado con la pelota y llegás al gol. En Español en dos torneos de Ascenso hiciste 25 goles. Te vengo siguiendo», sorprendió Osvaldo al que sería su discípulo. Dentro y especialmente, fuera de la cancha.

Con Bilardo llegaron Marcos Conigiiaro, el «9» de Chacarita Jrs. ex Independiente, formado en Quilmes Athletic Club. Delantero movedizo, mucho desmarque, que hacía diagonales hacia afuera. Algo que quería Zubeldía. No, el «9» punta-punta. El fijo. Sin embargo en el 66 Conigliaro estuvo cerca de Juan Carlos Carone, el goleador de la temporada. El 11 de Vélez con 25. El de Estudiantes cerca de una veintena. En gran año.

La °Tercera que Mata°: una camada que alimentó al futuro Campeón del Mundo

En ésa época, el 9 clàsico, Alfredo («Tanque») Rojas, de Boca tras ser goleador en Gimnasia y [Esgriama La Plata, 1962. También Hugo Spadaro, ex 5 de Sarmiento de Junín. Jugaba también como central. De Independiente,»tapado» por Osvaldo Mura, llegó Roberto Santiago. De gran pegada en los córner y tiros libres. La clave estaba «abajo».

Zubeldía conocía la historia de la Tercera «que mata»: Poletti, Aguirre Suárez, Malbernet, Manera, Pachamé, Mercerat -uno de los pocos que no llegó a Primera- adelante Rubén Bedogni, Mateos, Echecopar, Eduardo (Bocha) Flores y Juan Ramón Verón, la célebre «Bruja».

Equipazo que ganó de punta a punta el torneo de Tercera. Una final nunca superada -de 22, 20 fueron figuras en Primera- contra Rosario Central. Carnevali, Pascuttini, Ainza, Aranda, Rodolfo García, Sesana, arriba Pignani, Ricardo Palma, Aldo Pedro Poy, Enzo Gennoni y Giribet. Duelo de titanes. Ganaron «los pincharratas» dos a uno.

Zubeldía promovió a ocho de los campeones conducidos por otro notable: Miguel Ubaldo Ignomiriello. Destacados desde una 5ta. que hizo historia en 1962, Eduardo (Bocha) Flores fallecido hace unas horas a los 77 años y el mágico Juan Ramòn Veròn, ambos zurdos con estilos distintos.

Flores media punta, armador. Pegada de media distancia. Veròn antecesor de Diego Maradona, por habilidad, desparpajo, talento puro. Osvaldo para los años siguientes buscó jugadores «no estellas». Refuerzos no costosos para las arcas de Estudiantes.
Llegaron Felipe Ribaudo, 27 años, «9» de Ferro, ràápido, vivo, astuto, goleador, buscando la sorpresa. De Platense, Néstor Togneri, también «grande» figura en el equipo «Calamar» que armó Angel Labruna en el 67.

Lavezzi, Aguirre Suárez, Conigliaro, Ribaudo, Madero y otros llegaron para afianzar a los pibes

Un polifuncional. Para el medio campo, buen marcador, o en el fondo, un «tiempista». Fernando Lavezzi, el puntero incisivo de Platense, también. No jugó mucho. Por Ribaudo el «Pincha» hizo un trueque con Miguel Angel Lòpez, luego destacado en Ferro, River y especialmente en Independiente, bicampeòn de América, 1973/74.

La base zubeldiana. Una defensa dura. El tucumano Ramón Alberto Aguirre Suárez, «líbero». Impasable. A veces excedido en el juego brusco. Un central temible. A su lado, Raúl Madero, lo contrario: la clase del «6» antes «5» con una zurda elegante para salir jugando. Los laterales, Eduardo Manera que se «soltaba». De pronto un delantero. Lo opuesta Oscar Malbenat, marcador de notables recursos. En el medio Bilardo, gran organizador. Pachamé «limpiaparabrisas» zurdo, durísimo a la hora de marcar. Con ellos, Eduardo «Bocha» Flores, zurdo de manejo y panorama.

Adelante, Juan Miguel Echecopar el «Vasco» de Pergamino. Habilidad, cambio de velocidad. Un gol consagratorio Metropolitano del 67. Estudiantes dejando sin invicto a Boca en el viejo Estadio de 57 y Uno, sobre la hora. Una pelota larga. Le puso el cuerpo al cruce de Silvio Marzolini, nada menos. Ganó la posición. Picó al área rival. El arquero Carlos Minoián, el Oso caucásico, el armenio que se había consagrado en Gimnasia y Esgrima, justamente, en el 62, gran campaña del Lobo platense. Boca lo adquirió en el 66 por la ida de Antonio Roma al Mundial de Inglaterra.

Aquel «poema» de Etchecopar desparramando a Minoián y a media defensa de Boca

Echecopar eludió a Minoián, pero se abrió. Como el Grandote volvió para taparlo lo volvió a gambetear hacia adentro antes de ingresar con la pelota en medio de la desesperación de Marzolini, el mejor «3» del Mundial de Ingleterra un año antes. La revista El Gráfico publicó en tapa, el momento glorioso del gol de Estudiantes, con un título inolvidable: «El poema de Echecopar». Entre goles memorables, abril del 68 un zurdazo de «Bocha» Flores, borde del área para el empate con Palmeiras, faltando seis minutos.

Enseguida la genial apilada por derecha de «La Bruja» Verón eludiendo como si fuera fueran sillas a tres defensores de la casaca verde paulista, Palmeiras ganaba uno a cero con gol dudoso sancionado por el árbitro uruguayo Esteban Marino. Todo Estudiantes reclamó offside de Serginho el 9 del equipo paulista. La gloria esa noche para la dupla que en el 62 brillaba en la 5ta. «Bocha» Flores y Verón.

Zubeldía en el 74 estuvo en San Lorenzo y logró un entendimiento de memoria entre Oscar Ortiz, el notable «Negro» puntero izquierdo, de enorme habilidad y velocidad por la raya y el santafesino Héctor Scotta, el célebre «Gringo» de la pegada «a lo Bernabé» Ferreyra. Entre el Nacional del 74 y la temporada siguiente, San Lorenzo con ellos, 60 goles. Los de Scotta, mayoría desbordes del «Negro» Ortiz. El hallazgo de Osvaldo. San Lorenzo campeón del Nacional 74.

Ahí terminó con el mito de Estudiantes «equipo fastidioso», portadores del «anti fútbol» un daño que según Carlos Bilardo llegó de parte de la «prensa canalla» y lo pagó el propio «Narigón» en la fase previa al Mundial México´86. En la síntesis, Zubeldía llegó a Colombia y sacó campeón a Atlético Nacional de Medellín después de 15 años. Donde encontró la muerte por infarto cardíaco el 17 de enero. En Medellín como Carlos Gardel, en junio del 35. Curiosamente, Osvaldo nacido en junio del 27.

Con San Lorenzo en 1974 «Don Osvaldo» supo destruir el mito del fútbol mezquino: lujos y goles para todos los gustos

La gran pintura sobre Zubeldía también pertenee a su discípulo Bilardo. Data de marzo del 65, apenas a 45 días de su llegada a Estudiantes. Los reunió a todos en la Estación Constitución, viaje de la Capital Federal a La Plata. A las 7.30. El tren partìa a las 8. «Eramos quince y Osvaldo leyendo la Palermo Rosa, amante del Turf. De pronto Raúl (Madero) pregunta: “Osvaldo esperamos a algún nuevo refuerzo?, “ No, quería que ustedes vieran todo esto …» disparó Osvaldo.

«Algunos habían llegado de lejos. Los pibes Poletti, de Colegiales. Madero de San Fernando. Los que estaban cerca de La Plata. Todos los de la Tercera apenas 21 años. De nuevo Madero, casi médico, profesor de música. El más culto a los 27 años. «Osvaldo, laburantes, miles, gente que llega del conurbano,. a las corridas. Los descamisados» opinó Madero.

«Muy bien Raúl» respondió Osvaldo. «Eso lo que quiero que vean. Gente triste. Víctimas de un sistema que no deja muchas oportunidades laborales. Ganan poco y sufren mucho. Ustedes, si me hacen caso, serán privillegiados como futbolistas. Ganarán prestigio y dinero. Tendremos doble turno. Los que estén de novio que hablen con los futuros suegros. Quiero disposición total de tiempo y conciencia profesional. Caso contrario seremos uno de ellos. Ustedes juegan por placer. Si no estuvieran contratados jugarían igual. En el barrio, desde alguna oficina. El fútbol pasión», concluyó Zubeldía.

Un Filósofo sin título. Ocurrió en marzo del 65. Algunos conservan fotos y hasta algún recorte de aquélla «encíclica»

(*) Columnista de La Señal Medios. Libre Expresión. Mundo Amateur. Agencia Nacional y Popular