Un año varado en mi propia patria y en mi Bahía Blanca

Por Dimas J. PettineroliEn este año he sufrido una cuarentena horrorosa. He visto el manejo autoritario de los tiempos como una medicina para calmar reclamos y a la oposición.

 

Lic. Dimas J. Pettineroli

Todo ha sido un gran fracaso, teñido y muy fuerte por la corrupción reina que significo violentar el orden de vacunación para favorecer a amigos del gobierno, y sus familiares.

El propio Presidente le restó importancia “a adelantarse en la fila”, con lo que dio una piedra libre fabuloso a todos los que manejan a piacere lo que se ha convertido en un negocio sucio, asesino, nuevo.

Una cultura degradante del poder para beneficio propio.

Mientras el tiempo pasaba, desde octubre nos vienen prometiendo la Vacuna, y esta llega a cuenta gotas.

El presidente dijo muchas veces, “20 millones de dosis en enero y febrero”. Todavía no llegaron al 10 %.

¿Entonces uno viendo la rebelión en Formosa y Clorinda, se pregunta, hasta donde aguatara la gente de otros lugares que están viendo como sus mayores mueren porque las vacunas la usan para los jóvenes que se fotografían haciendo la V? por ejemplo.

Lo que le hicieron al comercio de Mar del Plata, me dolió a la distancia. Se lo que significa la temporada.

Tiene un perfume a venganza partidista.

Más que medidas sanitarias, como en Formosa, son acciones sancionatorias para las comunidades que tienen sentimientos no oficialistas.

Lo económico merecerá una materia aparte, pero lo reseño en un título: un desastre. Inflación, desabastecimiento, pérdida masiva de empleos, carencia de planes, un ministro devaluado éticamente que se vacuna sin corresponderle, no son facetas para esperar un cambio a fondo.

Querido lectores: no se entreguen. ¡Estamos vivos”, todavía!

Nota: la foto es al llegar a Ezeiza hace un año.

DIMAS J PETTINEROLI
Dimaspettineroli@hotmail.com