Este antiguo adversario, despide a un amigo

Por José Luis Ponsico (*) Desde el periodismo, Adrián Freijo puso al servicio de Mar del Plata su impronta política desde el campo popular y como sucede siempre, tuvo aliados y adversarios.

José Luis Ponsico

Detrás de cada persona existe una historia. En mujeres y hombres. En el caso de Adrián Freijo, la suya estuvo fuertemente ligada a la militancia política en el peronismo y al mismo tiempo en el periodismo de análisis, precisamente político. Antes ideológico.

En menor medida y dimensiones de fama, el que escribe vivió algo parecido. En los ´70 militancia activa y desde el mismo tiempo, el periodismo. Desde lo deportivo hacia político. En un ida y vuelta, sin fin. Todo en Mar del Plata, hasta el 76. Luego, ambos con rumbos distintos y lejano reencuentro.

El resumen ubica a dos muchachos en veredas opuestas durante 37 años, entre el 71 y la primavera 2008. Alejados desde los vaivenes internos del peronismo en la tragedia hace medio siglo y más tarde en los caminos emprendidos.

La envergadura política de Adrián superó largamente a la mayoría de nuestra generación. Llegó al punto más alto, candidato a Intendente de Gral. Pueyrredón, plena crisis, una de las tantas, del PJ local y del peronismo en general. El impacto hace algo más de veinte años, tiempo del «que se vayan todos».

Freijo, tal vez abnegado, puso la cara cuando Mar del Plata que «nunca fue peronista» vivía en una crítica permanente al movimiento que impulsaron el General Juan Perón y su compañera «Evita» en los albores de los 50. Como no podía ser de otra manera, perdió. No obstante, enseguida se levantó.

Desde el periodismo puso al servicio de la ciudad su impronta política desde el campo popular y como sucede siempre, tuvo aliados y adversarios. En el caso de marras, la anécdota con el que escribe, la historia los acercó casi 40 años más tarde.

Este cronista deportivo amparó una mutual en la Capital Federal de ex futbolistas. Algo que ocurrió en los comienzos del tercer milenio. Varios consagrados se acercaron, entre otros Juan José Pizzuti, Silvio Marzolini, Juan Carlos Guzmán, Alberto Rendo, el «Chango» Cárdenas, el tucumano Albrecht.

La idea creció en Mar del Plata. Se trataba de ayudar «a los que estaban mal». Aquellos que dieron alegrías al pueblo futbolero y el curso de la vida, en algunos casos, los dejó sin fama, sin trabajo, a veces sin familia. Divorcios, hijos que se fueron a otras latitudes. Esa resultó la misión. El rescate.

Freijo supo del tema. En setiembre del 2008 por gestiones compartidas entre Carlos Bilardo, por entonces funcionario del gobierno bonaerense de Daniel Scioli -el Narigón por poco tiempo, titular en Deporte- en Mar del Plata, el ex diputado provincial Daniel Rodríguez y con ayuda de la Liga.

Enterado Jorge Bosco de la iniciativa -integrar ex futbolistas a una acción de ayuda mutual- financió una cena importante en el Club de Motonáutica, hermoso lugar rodeado de veleros y luces que brillan de noche en la primavera marplatense.

Casi doscientas personas vivieron una jornada inolvidable. Los famosos del fútbol grande, José Varacka, Rodolfo Micheli, protagonistas de «Los Diablos Rojos» (Independiente, los ´50) Oscar Pianetti, Norberto Madurga, Nicolás Novello, el duro correntino José María Silvero, Boca ´60 y ´70,  DT campeón.

Mario Rodríguez, goleador,  Independiente, Copa Libertadores´64, luego consagrado en Chile, en tanto por el fútbol marplatense lo vivieron Luis Merengue García, los del Rojo, Juan Manuel Benróx, Catalán Boix, Carlos Rico, entre otros. Sin olvidar los hermanos Roberto y Luis Gonzalo. «Pato» Carlos Posada.

Por gentileza del directivo Daniel Fernández (San Lorenzo local, luego en Catedral porteña, Viejo al Nuevo Gasómetro, tránsito de Boedo al Bajo Flores), la mayoría de los visitantes se hospedó en un lindo, pintoresco hotel sindical. Justo enfrente donde vivía Adrián.

En horario de desayuno el que escribe se acercó para estar cerca de los que volvían a la Capital. En una mesa, solo, Freijo leyendo el diario La Capital. Daniel Fernández, al tiempo que este cronista iba a tomar su café, dice:

«En aquella mesa está Adrián Freijo. Me preguntó si el que está allá es Ponsico«, interrogó.

El escriba deportivo tomó la taza con su café, caminó hasta la mesa situada en un extremo y al toque le dijo: «Pasaron 37 años. Creo que ya está, ¿no te parece?». La respuesta rápida, como todo lo que hizo Freijo en su vida:

«Claro. Sentate por favor», ante la sonrisa de Daniel Fernández.

Muy pronto Adrián sumó a sus ciclos radiales y a su portal Libre Expresión al escriba en un gesto que se hizo un clásico durante casi 14 años. Cada tanto, enviaba mensaje: «Tus columnas son muy leídas. Vas de ´Pierino´ González a Silvio Marzolini, sin escalas. No aflojes», en el recuerdo.

Le había gustado mucho un texto donde Silvio, en una de las jornadas de los mutualistas, comentaba que su primer ídolo, como simpatizante de Boca, pudo ser 1951, resultó el prestidigitador del fútbol marplatense, Herminio Pierino González, ídolo xeneize en los´50.

Hace un tiempo avisó de su enfermedad y que iba a dar batalla. Como siempre. La de García Linera, el respetado dirigente político de Bolivia, cercano a Evo Morales, cuando insiste: «Se trata siempre de luchar, caerse, volver a luchar, levantarse … «. Esta vez, Adrián no pudo.

Desde el peronismo clásico, hasta parece como rémora en aquel intento del Gral. Perón a su regreso en noviembre del ´72, cuando trataba de convencer a Ricardo Balbín en el Gran Acuerdo Nacional. El Chino en las exequias quedó en la historia con su imborrable verborragia.

«Este antiguo adversario, despide a un amigo». De julio del 74 a abril 2022.

(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión, Mundo Amateur, Agencia Nacional y Popular