Redacción – El pretexto es la falta de trabajo, la necesidad de alimentos y la atención a merenderos y comedores, aunque el mensaje es otro: se terminó la paz social y hay plata o habrá enfrentamientos.
Todos los accesos a la provincia de Buenos Aires amanecieron hoy cortados por marchas y piquetes organizados por grupos sociales y formaciones de izquierda.
Las demandas abarcaron todo el arco de las reivindicaciones habituales, desde la falta de trabajo hasta la exigencia de entrega de terrenos, bolsones de comida o más planes sociales. La idea era generar una imagen de marginalidad en acción que fuese a su vez una demostración de fuerza suficiente para que el gobierno sepa con quien deberá negociar.
Todo ello sin olvidar la feroz interna entre las organizaciones sociales que son preámbulo de un final de año complicado y anárquico.
Pero en lo que todos los líderes piqueteros y de la izquierda adscripta al mundo de la protesta permanente es que tanto el gobierno de Axel Kicillof como el de Alberto Fernández deberán meter la mano en el bolsillo y entregar a los líderes una mayor cantidad de dinero si no quieren una conmoción social creciente que deposite al país en un fin de año de inestabilidad y violencia. Saben del delicado momento que vive el gobierno y, como siempre, lo utilizarán para llevar agua para su molino.
Aquí en Mar del Plata la voz cantante la llevaron el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), la Cooperativa A Trabajar, el Movimiento Argentina Rebelde, el Polo Obrero y Barrios Unidos en Lucha, replicando lo que estaba ocurriendo en el Puente Pueyrredón y en todos los accesos a la CABA así como en rutas y puentes de toda la provincia.
Un movimiento de pinzas digno de un ejército que dejó en claro la magnitud del problema con el que deberán lidiar las autoridades.
¿Podrán hacerlo por otro camino que no sea seguir quitándole a la clase media para financiar estos grupos políticos que hacen de la necesidad un pretexto para tener a los gobiernos como rehenes y manejar verdaderas fortunas que son utilizadas en beneficio de sus dirigentes y para aumentar el poder de extorsión de sus organizaciones?.
La historia de los últimos años estaría demostrando que ni se logra sacar a la gente de la pobreza -lo que vaciaría a estas organizaciones- ni se puede organizar la ayuda social sin tener que pasar por la intermediación de los líderes piqueteros.
En definitiva, un estado que desde hace décadas viene mostrando impotencia en todos los frentes.