Un marplatense que progresa en Mallorca pero siempre piensa en volver

Germán Reusmann se fue del país hace más de una década y disfruta de su vida en España, pero siempre mantiene la idea de volver a Argentina para estar cerca de los amigos y la familia.  

Aunque ya está instalado con un buen trabajo en Mallorca, la posibilidad latente del regreso está vigente permanentemente. Es que en Mar del Plata están los afectos más cercanos y los irremplazables amigos de siempre. «Lo que tengo acá no lo tengo allá y viceversa», suele decir Germán a la hora de explicar esas sensaciones tan propias del inmigrante.

La estabilidad laboral que consiguió en España le permite programar, junto a su novia, escapadas de fin de semana por toda Europa y organizar viajes más largos por Asia cuando es tiempo de vacaciones. «Los viajes son nuestra droga», asegura Germán sobre las preferencias de la pareja y esa particular adicción que genera conocer nuevas culturas y realidades distintas.

Pero siempre aparece entre las prioridades una visita a la Argentina cada tanto para reconectar con ese lugar de pertenencia donde esperan abrazos, sonrisas y esos reencuentros con los seres queridos que no se comparan con nada.

En el medio de esa vorágine de reuniones en su ciudad natal, también estuvo en los estudios de Radio Brisas para hablar de su experiencia como inmigrante, aunque sin reconocer del todo esa condición porque, en su fuero más íntimo, siente que su casa siempre está en Mar del Plata, más allá de los más deslumbrantes lugares del mundo que pueda conocer.

En una reflexiva charla con la periodista Florencia Cordero en el programa Un Lugar en el Mundo, Germán Reusmann compartió sus sensaciones con los sentimientos a flor de piel y con la compañía de su padre, Juan Carlos, que no puede evitar sufrir la distancia, pero se aferra a la alegría de ver que su hijo es feliz con el orgullo de saber que pudo ganarse su lugar por mérito propio.