Dos ancianas fueron golpeadas esta madrugada en su humilde vivienda del barrio Cerrito Sud. La sanguinaria actitud de los delincuentes nos devuelve una imagen que ya no podemos aceptar.
Ocurrió en una vivienda de Lebensohn y Cerrito donde viven dos mujeres, una de ellas de 83 años. Tres delincuentes ingresaron, les robaron y las golpearon para llevarse distintos elementos de valor, si así pueden calificarse los humildes enseres personales de las mujeres.
“Estaba durmiendo con mi madre y nos despertaron a los golpes. Nos maltrataron brutalmente y les dimos una suma importante de dinero que teníamos ahorrado para regularizar las deudas del inmueble y ropa que habíamos comprado para revender por un valor de 30 mil pesos”, dijo, y expresó que “estas basuras irrecuperables nos arruinaron la vida porque no nos quedó nada”.
La narración de la crueldad de los ladrones y la sola imaginación de los momentos de terror que tuvieron que vivir ambas mujeres, nos devuelve al debate acerca de la necesidad de cambiar el ordenamiento legal y ponerlo al servicio de la sociedad y no de los delincuentes.
Y en esta calesita de justificaciones, ya es hora de que levantemos la voz para señalar a todos y cada uno de los responsables.
1- Los jueces de ejecución, que con una liviandad que realmente asusta permiten la libertad de personas que lejos están de haberse resocializado lo suficiente como para garantizarnos que no volverán a cometer delitos.
2- Los legisladores, que deberán cambiar los códigos de procedimiento y las leyes de excarcelación, en todas sus formas, hasta conseguir que las condenas sean de efectivo cumplimiento y no una fiesta de permisos y salidas que hace que los malvivientes no teman a un castigo que saben que jamás recibirán.
3-Los ejecutivos nacional y provincial que deberán tomar a su cargo el peso político de una lucha ciudadana de la que ya no pueden ocultarse. Además ya es tiempo de que dejen de posicionarse políticamente con su actitud miserable de usufructuar los derechos humanos como una simple consigna ideológica del pasado y comprendan que han sido elegidos para velar por los de todos nosotros en la actualidad.
4-Los fiscales, que deberán recordar a cada paso que son los representantes de la sociedad y multiplicar esfuerzos tendientes a generar todas las pruebas necesarias para condenar a los delincuentes.
5-La Corte Suprema (nacional y provincial) que tiene que expedirse fuertemente sobre la validez de tantas chicanas procesales que mantienen a peligrosos delincuentes en libertad a lo largo de interminables procesos en los que abogados saca-presos se regodean con los errores y carencias del sistema de administración de justicia.
Estas nuevas víctimas, que tan solo son preludio de las que en este mismo instante deben estar sufriendo un nuevo atropello, nos exigen terminar con falsas moralinas y poner manos a la obra para demostrar a los delincuentes que no son los dueños de nuestras vidas y a nosotros que no somos esclavos de la violencia de unos y la incapacidad cómplice de otros.
Sólo así seremos dignos de llamarnos ciudadanos libres de una ciudad civilizada.
Foto: Gentileza Radio Brisas