(Redacción) – En sus épocas de docente Carlos Arroyo habrá pedido muchas veces que sus alumnos se callaran. Lástima grande que no contrate a alguno de ellos para que le le de la misma orden.
«A ver si se callan» dice el viejo docente frente a un grupo de alumnos desbocados. «Cállate…cállate que me desesperas» le repetía Quico al Chavo del 8 cuando el entrañable personaje que encarnaba Gómez Bolaños se deshacía en intrincados pensamientos que jamás llegaban a ningún lado.
Una mezcla de todo eso es Carlos Arroyo. Uno supone que como docente debería saber cuales son los momentos para que prime el silencio y cuales los que den paso al bullicio del recreo.
Y sin embargo parece estar en un recreo eterno, más allá de transitarlo con una cara que se asemeja mucho más a la que alguien tiene en un velorio.
Arroyo habla sin parar como el alumno que sabe que inexorablemente el timbre tocará a los diez minutos y deberá volver al silencio del claustro y a la presión de las obligaciones. Que generalmente le pesan y le exceden como parece ocurrir con el intendente.
Que también como sus amados educandos, cuando no sabe…sanatea.
Y como el simpático Chavo se lanza en inacabables peroratas -si entendemos por ellas no la extensión sino la acumulación de palabras sin destino ni entendimiento alguno- de las que ningún escucha puede extraer conclusión coherente alguna.
Hoy por la mañana habló con la prensa; y pareció decidido a dinamitar cualquier punto que lleve a la razón, para poder chapalear en la ciénaga del pensamiento trasnochado.
Veamos si no:…
La inseguridad:
1) Delincuentes: “Yo le diría a los delincuentes que vayan pensando en irse (de Mar del Plata)”. Ningún dato, oficial o extraoficial alimenta semejante afirmación. No solo no ha decaído el delito sino que la mayoría de los crímenes quedan impunes y solo se reciben explicaciones poco entendibles sobre ellos.
2) Objetivo en seguridad: “Queremos lograr que el vecino de Mar del Plata vuelva a ser el vecino feliz que fue hace 40 años, en donde se podía caminar por la calle tranquilo, se podía ir a cualquier lugar, se podía trabajar”. ¿Cómo hace 40 años?, ¿cómo en 1976?, ¿para resolverlo como en la época en la que Carlos Arroyo arreglaba semáforos?. Su frase, triste y olvidable, solo puede entenderse como una expresión de frivolidad…o de estupidez. Salvo, claro está, que pretenda que todos nos convirtamos nuevamente en cultores del «algo habrán hecho».
3) Política de seguridad: “No se hace nada más como antes, a la criolla, atándolo con alambre. Ahora trabajamos con un criterio mucho más organizado”. ¿El que implementó para Razzona?, ¿el que lleva adelante Telpuk, al que «le pediré la renuncia el mismo lunes siguiente a mi asunción»?, ¿el que lleva adelante en soledad cuando afirma «yo soy el Secretario de Seguridad»?. ¿Cuál es el criterio «más organizado»?. Porque para el Ministro de Seguridad de la provincia Cristian Ritondo y para la gobernadora María Eugenia Vidal, Mar del Plata debería designar un encargado para el área y dejar de improvisar.
4) Seguridad en salas de salud: “Tenemos 900 hombres en la Policía Local, pero nosotros no podemos disponer para poner un individuo en cada lugar”. Preocupante…con solo preguntarle al ex intendente Pulti y por supuesto a Telpuk -salvo que «éste» Telpuk sea solo un socías de «aquel» Telpuk- que no hace mucho tiempo pudieron cubrir las necesidades de todas ellas en materia de seguridad.
5) Alquileres municipales: “Me quiero sacar de encima todos los alquileres que hizo la administración anterior que nos comen mes a mes una inmensa cantidad de recursos que necesito para otras cosas”. Encomiable…siempre que no aisle a miles de vecinos que quedarán a decenas de cuadras de sus necesidades con la administración, y que el ahorro no sea para engrosar los ingresos de amigos, parientes y favorecedores. ¿Se entiende?…por supuesto que se entiende.
6) Autos oficiales: “Vamos a resolver ahorrando en todo lo que se pueda ahorrar, no gastar combustible por gastarlo. Los vehículos oficiales se van a usar solo con permiso mío por escrito, para evitar desplazamientos innecesarios”. También encomiable…pero un tanto atrabiliario si la firma «majestática» del jefe va a ser necesaria para mover un auto del municipio. ¿No hubiese sido mejor que la usara para controlar las extracciones de combustible que por cuenta del municipio hacían los patrulleros en la estación de servicio de Independencia y Juan B. Justo, en la que un vale por 15 lts. equivalía a una carga de 10 lts, con una jugosa diferencia que iba al bolsillo del comisario de turno y del encargado municipal de controlar la erogación?. Porque hoy los móviles se quedaron sin combustible (la mentada estación cortó el servicio) y el municipio sin plata.
7) Declaraciones del secretario de salud, Gustavo Blanco, quien dijo que los funcionarios deberían cobrar solo viáticos: “Sinceramente son las opiniones de Blanco, yo no las comparto. Porque si yo llevara al extremo esa declaración, terminaríamos pensando que solamente pueden ser funcionario los ricos”. De acuerdo…¿y?…¿cuántas más declaraciones del «pollo de Don Florencio» para cortar con una situación indecorosa que es un secreto a voces?.
8) Teléfonos oficiales: “Los secretarios, subsecretarios, no tiene más teléfonos pagados por el municipio, se lo van a tener que pagar ellos mismos”. Le faltó decir…«y que llamen a la operadora y le pregunten que demora hay». No se trata de privar a los funcionarios de los adelantos tecnológicos…se trata de convocar a gente honesta o al menos controlarla.
9) Obra del Centro Cívico en el barrio Libertad: “Creo que ya dio la respuesta mi secretario de Planeamiento y es la correcta. No es una prioridad en este momento porque no tengo recursos”. Con el 30% de los que cobran parientes y amigos en cargos políticos éste y los otros dos polideportivos que están por la mitad podrían funcionar en menos de seis meses. Pero claro…los chicos pobres no saben conspirar.
10) Centro de Monitoreo: “Es cierto que falta un poco de personal”. El 60% de las cámaras está sin personal que las controle; pero como la seguridad está controlada…»se’gual».
Carlos Arroyo debe tener amigos; todos los tienen. Pero no de esos/as que le llenan la cabeza en pequeñas internas familiares como si sospecharan que el hombre ha llegado al tiempo del «se prueban las pilchas que vas a dejar».
Y si no los tiene, todavía puede apoyarse en algunos periodistas independientes que creemos que nunca es triste la verdad y que lo que no tiene es remedio.
Y que le pedimos que se calle, que actúe, que reflexione y que se olvide de sus delirios autocráticos antes que la sociedad le grite ¡¡¡BASTAAAAA!!!. Porque cuando ello ocurra se dará cuenta que solo fue útil a quienes, palmeándole la espalda cual amigos, lo estaban empujando al abismo con todo y los votos que supo conseguir para beneficio de otros.
Y ni el respeto de sus viejos alumnos quedará en pié.