Tras celebrar la multitudinaria misa en Ñu Guasu, el papa Francisco rezó el Ángelus y aseguró a los feligreses que lleva al Paraguay en su corazón. Una vez más pidió rezar por él.
El Ángelus recuerda el momento de la Encarnación y la Anunciación, cuando el ángel Gabriel dijo a la Virgen María que iba a ser la madre de Jesús. Desde los primeros cristianos es costumbre recordar este instante de la vida de María.
El papa Francisco destacó hoy en Paraguay la importancia de la fe y la solidaridad para afrontar los momentos de dificultad, al hablar ante una de las poblaciones más pobres de Asunción.
«La fe despierta nuestro compromiso, nuestra solidaridad. Una fe que no se hace solidaridad, es una fe muerta» sentenció el pontífice ante miles de habitantes del Bañado Norte, ubicado en la periferia de la capital.
Francisco elogió el espíritu de sacrificio de la gente que tiene que luchar diariamente contra todo tipo de dificultades y carencias. «Una lucha que no les robó la sonrisa, la alegría, la esperanza. Que no les ha sacado la solidaridad. La ha estimulado y hecho crecer», agregó el papa argentino.
En ese lugar, a orillas del río Paraguay, viven unas 23.000 familias, aproximadamente 100.000 personas, expulsadas del campo a la ciudad, según denunció María García, de la Coordinadora de Organizaciones de los Bañados.
Esos cinturones de miseria están conformados mayoritariamente por familias de origen indígena y campesino, expulsados a la vez de las ciudades hacia la periferia desde hace por lo menos 80 años en un proceso que no ha tenido variantes.
García denunció «el abandono y la hostilidad de las entidades públicas» que ha hecho «muy duro» levantar un hogar en medio de las penurias.
«El Estado no se ha ocupado de nosotros y no nos mira ahora con buenos ojos. No nos ven como sujetos de derecho, sino que para sus responsables somos, según nos suelen decir, un pasivo social», agregó la residente de Bañado Norte.
La inmensa extensión ocupada por estas familias paraguayas se enfrenta actualmente al acoso de proyectos viales e inmobiliarios que «amenazan el arraigo y los legítimos derechos», indicó la mujer.
Los habitantes de Bañado Norte le dijeron al papa que se consideran «parte de la solución y sujetos de derecho, y el Estado no puede desconocer ni avasallar esos derechos fundamentales».
El papa Francisco respondió con palabras de estímulo para que «sigan siendo misioneros, a seguir contagiando esa fe por estas calles, por estos pasillos, haciéndose próximos especialmente de los más jóvenes y de los ancianos».
Con esta visita a los pobres de Asunción, el jefe de la Iglesia católica inició el último día de su visita a Paraguay, que continuará más tarde con una misa en el parque Ñú Guasú y una reunión con jóvenes.
Al atardecer, rumbo al aeropuerto para volver a Roma, hará una breve escala frente al predio de Ycuá Bolaños, un supermercado que se incendió en agosto de 2004 y que causó 456 muertos.
Se cerrará así su primera gira latinoamericana por tres países y que le llevó antes a Ecuador y Bolivia. (NA)