Se acercan las elecciones en SUTEBA y el gobierno de Vidal comienza a temer que una derrota del cuestionado dirigente podría ser aún más complicada para las negociaciones futuras.
Roberto Baradel no es mucho más que el grueso de los dirigentes argentinos. Pocos principios, mucho egoísmo y ambiciones y una inocultable manipulación de cualquier valor -educación e infancia incluidas- en beneficio de sus aspiraciones personales. Que hoy pasan por acceder a la política de la mano de una candidatura a diputado nacional por el Frente para la Victoria.
Supo recoger apoyos en las cercanías de Cristina y el núcleo duro de La Cámpora jaqueando en su momento a Daniel Scioli para dejarlo en manos de la lija presidencial, y empujando ahora a María Eugenia Vidal al abismo de una provincia de aulas vacías.
Sin embargo, y en la medida en que se acerca el acto electoral en su gremio, Baradel y la gobernadora juegan por estas horas un truco entre tahúres que saben que al momento del «vale cuatro»…deberá encontrar a ambos con las cartas suficientes para derrotar a una rival incómoda para todos.
La secretaria general de Suteba en La Matanza y candidata a secretaria general del gremio en la provincia por la lista Multicolor, Romina Del Pla, afirmó este lunes que “se nota que la docencia quiere una nueva dirigencia a nivel provincial” y consideró “agotado” el ciclo de Roberto Baradel al frente del gremio.
¿Quién es esta joven que ha logrado el milagro de empujar negociaciones subterráneas entre los hasta ayer enemigos irreconciliables?. Contestataria, trotskysta confesa y convencida de que solo en el combate perpetuo está el camino para su objetivo de un nuevo orden, Del Pla representa para Vidal y su gobierno la peor de las pesadillas.
Por convicción y por estrategia es seguro que al frente del más poderoso de los gremios docentes lanzaría un plan de lucha permanente en el que el diálogo sería prácticamente imposible.
«Baradel te lleva al borde del abismo pero jamás te empuja» decía por estas horas un observador, recordando que el obeso gremialista es pese a todo parte del sistema. «Del Pla es antisistema; para ella cuanto pero…mejor» remataba.
Como si los dos peores enemigos de la historia hubiesen naufragado y se encontrasen en una isla en la que deberán acordar para sobrevivir, Vidal y Baradel saben que más allá de las peleas, las amenazas y las descalificaciones, ambos necesitan del otro para salir adelante.
Y que el acuerdo tiene fecha fija…