Venezuela y la abstención: el dictador no tiene quien lo vote

El gobierno de Nicolás Maduro debió reconocer una abstención del 70% aunque la oposición y los observadores internacionales la ubican en el orden del 80%. El régimen más aislado que nunca.

Un sabor amargo dejan para la dictadura venezolana los comicios parlamentarios llevados a cabo este domingo. La abstención, que superó todos los cálculos previos y demostró que la ciudadanía ha perdido todo temor a las amenazas del régimen de Nicolás Maduro, deja como resultado un gobierno aislado y solitario al que le resultará cada día más difícil mantenerse en el poder.

La abstención supera el 80 % en algunos centros de votación del este de Caracas en los comicios para los que se convocaron a 20,7 millones de venezolanos, aseguraron a Efe los coordinadores de seis colegios electorales de la capital.

Pese a la escasez de votantes que se ha registrado en toda la jornada, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la extensión del proceso por una hora más. Por ejemplo, en la escuela Santa Gema, del municipio Sucre, para las 20.00 GMT habían participado 265 ciudadanos del total de 5.600 inscriptos, lo que muestra una abstención de 95,3 %, luego de 10 horas de jornada y a dos horas de cerrar el centro.

En el colegio La Consolación, otro centro ubicado en la localidad de Libertador, aseguraron a Efe que para las seis de la tarde habían votado 778 electores de los 7.117 inscritos, un resultado que refleja 89,1 % de abstención, justo a la hora de cierre.

Por su parte, el colegio Don Bosco, que se encuentra en el acomodado municipio Chacao, contabilizaba 201 votos cuando faltaba poco más de una hora para el cierre, lo que se traduce en 95,1 de abstencionistas, pues su padrón electoral es de 4.120 ciudadanos.

Los comicios, en los que no participó la oposición mayoritaria que controla actualmente el Parlamento, no son reconocidos por la Unión Europea (UE) ni por la Organización de Estados Americanos (OEA) por considerar que no estuvieron dadas las condiciones para ser vistos como un proceso democrático.

-El futuro de Venezuela y un gobierno que perdió toda legitimidad-

Fiel a su estilo Maduro atribuyó a estas parlamentarias poco competitivas un carácter plebiscitario y prometió dejar su cargo si el chavismo perdía, algo que, como era de esperar, no sucedió.

«Vamos a nuevo ciclo triunfal», celebró Maduro esta madrugada cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció el triunfo con más del 67% de los apoyos.

Venezuela atraviesa la tercera hiperinflación más prolongada de la historia, una economía que no deja de menguar y una dolarización de facto que alivia tanto como abre la desigualdad en el país.

Y nada de eso cambiará luego de la puesta en escena de ayer. Pese a su «triunfo» el chavismo no agrega ningún resorte de poder real que le permita intentar torcer una realidad de aislamiento, falta de inversiones propias e internacionales y caída constante de la economía.

Y por el contrario quedaron expuestas dos realidades que seguramente desvelan por estas horas el sueño del dictador: el pueblo de Venezuela le ha perdido el miedo a sus amenazas -recordemos que ordenó despedir de sus trabajos a quienes no concurriesen a votar y llegó a asegurar que «quien no vota, no come», pese a lo que el 80% de los ciudadanos optaron por quedarse en su casa- y ya no puede asegurar control alguno ante unas Fuerzas Armadas en las que el descontento crece día a día y ya cuestionan abiertamente su liderazgo.

El dictador ya no puede siquiera trampear resultados electorales...porque ocurre que no hay votos para suplantar.