Designo lo que llama «facilitadores» que serán los encargados de ordenar la tropa y resolver las listas. En nuestra sección nombró dirigentes que no parecen tener peso para lograr el objetivo.
Carlos Fernández (Senador provincial-UCR), Maximiliano Abad (Diputado provincial-UCR), Guillermo Castello (Diputado provincial-CC), estos son los nombres elegidos por María Eugenia Vidal para resolver estrategias y candidaturas en una Quinta Sección electoral que tiene nada menos que a Mar del Plata como uno de los grandes objetivos de la campaña.
Sin embargo la tarea no parece sencilla: ninguno de los elegidos tiene capacidad de mando sobre una tropa dispersa, ansiosa por no perder espacio y con pretensiones políticas que anuncian tormentas en todos los frentes.
Además en Mar del Plata se presenta el fenómeno singular de que una fuerza política casi inexistente, la Agrupación Atlántica, tiene nada menos que al intendente Carlos Arroyo como su principal figura. Y no parece dispuesto a mirar desde lejos el armado de listas, aunque todo indica que desde La Plata prefirieron dejar a su agrupación fuera del marco de las principales decisiones.
Así las cosas, con un radicalismo dividido y una Coalición Cívica que de la mano de Castello parece que va a tener más poder de decisión que presencia real, se avecinan días dífíciles en los que cada acuerdo, si es que se consigue, se tendrá que construir con paciencia y desprendimiento, dos valores no demasiado presentes en la política lugareña.
Una vez más el voluntarismo de la gobernadora parece imponerse por sobre el sentido común. Y eso no es bueno…