Y déjelo volar: Carlés se subió al «Opinando por un sueño».

No tiene chance alguna de llegar a la Corte y su alianza con Zaffaroni despierta más críticas que apoyos. El Papa lo recibe a disgusto…y sin embargo opina como un star.

Es un «nepote» de Zaffaroni, en el sentido más lato de la palabra, y ha basado su corta y no demasiado brillante carrera en brincar en torno a su mentor y sus ideas abolicionistas del derecho.

Pocas horas antes de encontrarse con Francisco, en una audiencia concedida hace varios meses y que el Papa prefirió no cancelar para evitar esos escándalos que tanto le gustan al gobierno, desde el Vaticano mandaron a sus principales operadores en la Argentina a descalificar los dichos de Carlés en el sentido de ser «el elegido» del pontífice para la Corte.

Pero el hombre, aislado de la realidad como su tutor lo estaba mientras le llenaban de prostíbulos sus propiedades, salió a marcar la cancha despachandose contra la prisión perpetua como pena principal de delitos aberrantes.

«Creo que la pena perpetua es inhumana, tendría que ser abolida. Para algunos teólogos es ilógico pensar que sea punido con la eternidad un hecho cometido en el espacio y en el tiempo. Yo opino que por más grave que haya sido la conducta, después de 20 años del hecho, la persona ya no es la misma», sostuvo hoy el jurista Roberto Carlés.

Linda afirmación en un momento en el que el 80% de los argentinos solicitan más dureza a la hora de penar la innumerable cantidad de atrocidades que la sociedad debe padecer a diario.

Pero no se preocupe, mi amigo. La posibilidad de que Carlés llegue a la Corte es la misma que se conozca un romance entre Vicky Xipolitaquis y Eugenio Zaffaroni.

Y si tiene que apostar…póngale una ficha a la griega y el propietario distraído.