El objetivo es combinar integración y proyección, con carácter clasificatorio hacia
torneos internacionales.
Por Florencia Cordero
La primera edición de los Juegos Argentinos de Alto Rendimiento (JADAR), celebrada
en Rosario, dejó en claro que el deporte argentino está dando un paso fundacional. No
se trata solo de un calendario de competencias entre provincias, sino de la creación de
un espacio donde conviven, en simultáneo, el deporte convencional y el adaptado. Esa
decisión, inédita en el mundo, marca un camino de integración que merece ser
destacado.
La organización respondió con solvencia a la magnitud del desafío. Hubo instalaciones
preparadas, un marco de bienvenida y la presencia de atletas de elite en distintas
disciplinas, que dieron jerarquía a esta primera experiencia. Bajo la órbita del Comité
Olímpico Argentino, Rosario estuvo a la altura de un estreno que exigía compromiso y
dejó la vara alta para lo que viene.
Pero lo más valioso de los JADAR fue el mensaje: el deporte es un todo, sin jerarquías
entre modalidades. La convivencia de atletas olímpicos y paralímpicos en un mismo
evento rompe barreras históricas y proyecta una visión más inclusiva y realista del alto
rendimiento. Como bien señalaron quienes lo han recorrido en el mundo, este tipo de
integración no ocurre en otros calendarios internacionales. Que Argentina haya dado el
primer paso es motivo de orgullo.
Un aspecto clave a futuro es su proyección internacional. La idea es que los JADAR
no solo sean un encuentro de integración, sino que adquieran un carácter clasificatorio
para torneos internacionales. De esta manera, podrían convertirse en la base del ciclo
olímpico y paralímpico, funcionando como instancia de selección y preparación de
atletas rumbo a los Juegos Odesur, Panamericanos y, finalmente, Juegos Olímpicos. Ese
horizonte es el que dará mayor trascendencia a estos Juegos y consolidará su verdadero
valor estratégico.
Por supuesto, hay aspectos por mejorar. La difusión todavía es insuficiente y el
verdadero desafío será sostener en el tiempo este proyecto para que no quede en una
experiencia aislada. Hacer de los JADAR una política deportiva estable y perdurable
será clave para consolidar su sentido.
Rosario 2025 mostró que es posible. Ahora la tarea es que estos Juegos no se apaguen
con la ceremonia de clausura, sino que crezcan hasta convertirse en un símbolo de lo
que puede ser el deporte argentino cuando se abre a la integración, la igualdad y la
proyección internacional.
El camino hacia el gran desafío de los Juegos Odesur 2026
En la previa a los Juegos Argentinos de Alto Rendimiento (JADAR) Rosario 2025, la
ciudad de Rosario fue escenario de una visita clave de la Comisión de Seguimiento de la
Organización Deportiva Suramericana (ODESUR), que recorrió las sedes de Santa Fe y
Rosario. El objetivo fue evaluar los avances organizativos con miras a los XIII Juegos
Suramericanos Santa Fe 2026, que se disputarán en forma conjunta entre Santa Fe,
Rosario y Rafaela.
La delegación, encabezada por Miguel Ángel Mujica, presidente de la Comisión de
Seguimiento, incluyó representantes de distintos países sudamericanos y autoridades de
ODESUR. A lo largo de tres jornadas supervisaron obras, visitaron las Villas
Suramericanas en construcción y mantuvieron reuniones con el Comité Organizador
Local, encabezado por Adrián Ghiglione.
Por parte del Comité Olímpico Argentino también se hicieron presentes Mario Moccia,
presidente del COA, junto a dirigentes de su mesa ejecutiva. El recorrido concluyó en
Rosario con la inauguración de los Juegos JADAR 2025, que funcionaron como un
ensayo general para el gran desafío de 2026.
Publicado en BACAP