Se cierra el cerco sobre Aníbal Fernández y sus vínculos con el hampa

Todos los caminos conducen a Aníbal Fernández. Quilmes, sus policías, sus barras bravas y sus delincuentes convergen todos en torno a la figura del ex Jefe de Gabinete. ¿Se cerrará el cerco?

Según adelantaron fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense en una de esas pesquisas se encontraron armas no declaradas en una vivienda de Marcelo Mallo, el jefe ultra K de Hinchadas Unidas Argentinas, una ONG de barrabravas que se formó para viajar al Mundial de Sudáfrica, amparada por el Gobierno de Cristina.

Mallo, un barra de la zona de Quilmes, ya había sido mencionado con el Triple Crimen de la Efedrina, por sus vínculos con los hermanos Lanatta y con los políticos del distrito, como Aníbal Fernández.

También fue detenido Marcelo Alejandro Melnyk conocido como «El Faraón”, quien es sospechoso de ser uno de los principales cómplices de los prófugos Víctor Schillaci y los hermanos Martín y Cristian Lanatta. El hombre recibió en su quinta de Florencio Varela luego de su fuga del penal de General Alvear y les entregó dinero.

Melnyk tiene probados vínculos políticos con varios integrantes de la agrupación kirchnerista La Cámpora de Quilmes, así como con el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández como lo corroboran unas fotografías  en las que se puede ver a «El Faraón” junto al cuestionado dirigente quilmeño.

Hoy el  gobierno bonaerense removió la cúpula de la Delegación Departamental de Investigaciones de Quilmes tras reconocerse «fallas» en la investigación. Según informaron a fuentes cercanas al Gobierno, Ritondo tomó esta determinación luego de que se cometieran «fallas en los procedimientos» para dar con los prófugos. ¿Cuáles?: a juicio de las autoridades provinciales se comunicó que los prófugos ya no estaban en la zona de Chascomús con casi tres horas de demora, y durante ese tiempo se detectaron llamados de allegados a Schillaci con miembros de la policía con asiento en Quilmes cuyos jefes eran sindicados como cercanos al ex Jefe de Gabinete.

Y como si las señales en su contra fuesen pocas Anibal debe lidiar con el dedo acusador de la gobernadora María Eugenia Vidal y con la afirmación de su Ministro de Seguridad Cristian Ritondo quien afirmó tajantemente que «yo creo que Aníbal Fernández está involucrado en todo lo que tiene que ver con el submundo de Quilmes».

Demasiadas coincidencias, demasiados «conocidos» y demasiada historia sobre su lomo como para pretender que todo se trata de una conjura contra su buen nombre y honor.

Es evidente que Aníbal Fernández sabe sobre el narcotráfico, la masacre de General Rodriguez , el tráfico de efedrina, el comercio de drogas desde las barras bravas, los punteros protegidos por la policía y la fuga del penal de General Alvear mucho más de lo que dice. Y es también cierto que el cerco se está cerrando, que se está quedando solo en un peronismo que ya no quiere protegerlo y que no debería pasar demasiado tiempo antes que se lo encuentre respondiendo preguntas incómodas a la justicia.

Y tal vez ahí comience a develarse una incógnita que por ahora todos repiten en voz baja: ¿es Aníbal el jefe o detrás suyo hay alguna figura de mayor peso y decisión?.

Y los nombres que circulan no son pocos ni mucho menos desconocidos.