Tres estrellas mundiales que brillan desde el cielo marplatense

Por José Luis Ponsico (*)Emiliano «Dibu» Martínez, Patricio Garino y Horacio Zeballos son los actuales emergentes de un deporte marplatense que ha tenido brillantes exponentes en su historia.

José Luis Ponsico

El excelente arquero del seleccionado nacional Emiliano «Dibu» Martínez, aquél pibe que se fue de noche de Mar del Plata -tenía apenas 15 años- para ser formado en Independiente de Avellaneda por un grande de los tres palos, Miguel Angel «Pepé» Santoro, gloria del «Rojo», hoy honra al deporte local.

En Europa vale 25 millones de euros, figura en la Liga inglesa. En el seleccionado nacional aparece como uno de los hallazgos de Lionel Scaloni. En el arco, tiene cosas de Amadeo Carrizo cuando sale a cortar los centros. Todo, con sólo 28 años. Emiliano Martínez, una actualidad, de arquero completo.

«Dibu» Martínez: de Mar del Plata directo a la gloria y la selección

Patricio «Pato» Garino, aquél niño que pintaba para ser figura en el baloncesto, modesto Club Teléfonos, Mar del Plata, hace casi dos décadas. Llevado por su padre a la canchita zona Ruta 2. Luego Unión local. Convocado por la Universidad de Wáshington hace algo más de diez años.

Hoy, otro marplatense destacado en Europa. El «Lungo» -1.95 estatura- destacado alero en la selección que no brilló en los Juegos Olímpicos,Tokio 2020, disputados hace un mes. Hoy en Francia: firmó para Nanterre: a 15 minutos de París, cerca de la residencia de Lionel Messi. Otro que honra a «La Feliz».Patricio Garino también 28 años en la lista de futuros líderes de los continuadores de la «Generación  Dorada» de Emanuel Ginóbili, Luis Scola, la onda del notable cordobés Facundo Campazzo. Otro que forma parte de los que el público marplatense no pudo ver jugar. Se lo llevaron antes de tiempo.

El periodista, historiador, Armando Fuselli acuñó una expresión en los 90 cuando se fueron en una ráfaga al fútbol grande: Germán Burgos, Juan Esnaider, Wálter Erviti, Matías Vuoso, Alejandro Giuntini, los chicos  Cristián Menéndez y Diego Lagos, llegados a Lanús. «Se los llevan de noche», dijo el «Negro».

«Pato» Garino: superó todas las dificultades para brillar en el más alto nivel

No fue el caso de Horacio Zeballos. Nacido en 1985 cuando el «Gran Willy» llevaba una década entre los cinco mejores del mundo. Con 36 años, más de 6 millones de dólares en su cuenta entre los 35 mejores del mundo. Zeballos a esta altura, podría ser «hijo no biológico» de Guillermo Vilas, radicado en Europa.

En instancias finales de los grandes torneos en Europa, habiendo participado  gran actuación en los EE.UU. Abierto de Cincinatti, Zeballos especialista desde hace 15 años en Dobles, ahora con el catalán

Marcel Granollers, otro «gladiador» en torneos de Dobles. Hace poco finalistas en Wimbledon.

El tenista marplatense, séptimo en el ránking mundial en la categoría Dobles, lleva una década en los primeros planos en la especialidad. Con bajo perfil, Zeballos se ubica inmediatamente debajo, en la historia grande del ex deporte blanco, detrás de Vilas. En un repaso, sin olvidar a Roger Quintín.

Llegaron a finalistas en Wimbledon, cuando la Argentina hacía treinta años desde los tiempos de Javier Frana, 1991, con el mexicano Leonardo Lavalle enfrentando al australiano John Fitzgerald y al sueco Anders Jarrid. Una derrota que igual los dejó a ambos en la historia del tenis en Dobles.

Diez años antes, la Argentina «Copa Davis» perdió una gran chance en la misma categoría cuandoVilas que tenía diferencias con la concepción elitista de Lawn Tennis Club -la dirigencia- no se puso de acuerdo con José Luis Clerc, ambos entre los cinco mejores del mundo. Llevaron el cruce al «court».

Horacio Zeballos: ¿el mejor doblista de la historia del tenis argentino?

No siempre la Ciudad tuvo tantas figuras destacadas en el deporte en los primeros planos. Saliendo del deporte Mar del Plata entre los 50 y 60 produjo impactos con grandes talentos en distintos niveles.

Tiempos del «Negro» Guillermo Brizuela Méndez en televisión.

El brillo del genial Astor Piazzolla, músico revolucionario, nacido en el Centro de la Ciudad, el «Casco Urbano» como se decía, llegó con corta edad a los primeros planos de la música ciudadana. Tiempos de Aníbal Troilo y las orquestas de Osvaldo Pugliese, D´Arienzo, Varela, como una flor exótica.

Lo de Vilas a partir de los comienzos de la década del 70. El pibe marplatense que con 17 años viajó a jugar en el Lawn Tennis Club -la foto lo destaca rubiecito, cabello cortado al ras, hasta con un jopo- pasándole el trapo como se decía a Julián Ganzábal y Eduardo Soriano, «Uno» y «Dos» del ránking.

Guillermo Vilas fue el primer marplatense convertido en ídolo mundial

Por entonces, 1970, había alcanzado el milagro el entrenador rosarino Felipe Loccicero, al que el padrede Guillermo, escribano Roque Vilas, presidente del Club Náutico´60 y 70, había contratado como peluquero. El «Maestro» de Guillermo, peluquero de oficio, entrenador de tenis por vocación.

Con Brizuela Méndez abanderado marplatense en el universo de los Medios, llegaba al periodismo grande de la Argentina Mario Trucco. En los 60 acompañando, nada menos, a «Fioravanti» Joaquín Carvalho Serantes, santafesino, histórico relator deportivo los- 40, 50 y 60. La gloria para ambos.

La felicidad de los actuales ganadores se refleja en la estricta cuestión familiar. Garino comentando que sus padres en el País Vasco -Patricio llegó siendo «estrella» al Baskonia- tienen negocio en gastronomía. «Las empanadas argentinas con historia en el sur de España. No tanto en el norte», dice el «Lungo».

La misma alegría que produce el gran momento de «Dibu» a sus padres. Viajando por el centro de Europa, donde Emiliano hoy se convirtió en una figura mundial después de la hazaña de Argentina en la «Copa América» cuando le ganó a Brasil, en su casa y tuvo al arquero marplatense como gran figura.

El «Negro» Brizuela Méndez: idolatría en los albores de la TV

No está ajeno a los logros la familia de Zeballos. Su padre en el despegue de Horacio invirtió en ungran complejo deportivo donde la instrucción en el tenis supone el motivo central del emprendimiento. Los hijos de Mar del Plata, gracias al deporte, empezaron por darle felicidad a los suyos.

El impacto suele ser contagioso. En setiembre, hace 60 años, nacía Nora Vega, la chica del club Deportivo Norte que llegó a campeona del mundo, Patín Carrera. Los´90. Lo cuál refleja que Mar del Plata no ha sido sólo sus hermosas playas, el gran balneario de la Costa Atlántica.

Tampoco el mercado exportador de alfajores para la veintena de países. Aquél sueño del griego Demetrio Elíades, cuando su visión produjo Alfajores Havanna, en el 49. «La Feliz» tampoco es sólo el Casino y sus lugares nocturnos. Como anticipó el costumbrista Enrique De Thomas, «Wing» en el´60.

El deporte y los medios de comunicación la ubican muy arriba. Salvo que como decía Fuselli: «El problema es que se los llevaron de noche y no lo vimos triunfar aquí. Apenas pudimos ver un ratito a Vilas. El resto voló muy temprano. Para motivo de orgullo marplatense», sostiene el amigo.

(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión y Mundo Amateur