El country Mayling de Pilar emitió un irónico comunicado dirigido a sus socios para pedir paz en sus instalaciones tras el escrache que recibió el juez Jorge Ballestero el mes pasado.
Ballestero es uno de los dos jueces de la Sala I de la Cámara Federal porteña que votó para desestimar la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Kirchner por encubrimiento a los iraníes acusados del atentado a la AMIA en 1994.
El mes pasado, Ballestero cenaba un viernes por la noche en el Club House del country acompañado por su esposa y una pareja. En un momento, el resto de las personas que estaban cenando en el restaurant comenzaron a percutir las copas con los cubiertos.
Como lo hicieron de manera prolongada, Ballestero preguntó a los clientes del restaurant: «¿Esto es por mí?». “Nos mataron un fiscal y no hiciste nada”, le respondió uno de los presentes.
Es que los vecinos de Ballestero están muy enojados por la maniobra del camarista para liquidar la investigación del fiscal fallecido.
El escrache afectó tanto a Ballestero que dejó de jugar al golf, puesto que sus ex amigos comenzaron a hacerle el vacío. Como no aguantó la condena social, el camarista se fue de viaje y rezonga por todos lados contra los medios, a quienes acusa por su incómoda situación en las praderas de Pilar. Puntualmente menciona a Jorge Lanata, a Alfredo Leuco y a Clarín.
Para pacificar a sus socios y devolverle a Mayling un entorno de armonía y convivencia amigable, el directorio emitió un comunicado, al que accedió LPO. Aunque el tono de la misiva está lejos de exonerar a Ballestero, sino que pide que lo dejen circular libremente por las instalaciones.
“Es un hecho evidente que la sociedad argentina se encuentra muy dividida y es preocupación de este Directorio que los lugares de uso común del Club se mantengan como sitios donde impere la armonía, de manera que todos los socios puedan disfrutar de ellos en compañía de sus familiares y amigos”, señala el comunicado de Mayling.
“Es por ello que exhortamos a la comunidad de socios a no caer en actitudes que, aunque puedan implicar una forma de expresar opiniones, deriven en que algún socio vea afectado su libre uso de dichos espacios”, finaliza el comunicado del directorio del country.
Si bien el escrache afectó el diálogo de Ballestero con la exclusiva comunidad de Mayling, al camarista la conciencia no le prohibió continuar con su cometido: después del episodio en el club house hizo una maniobra para que el caso de Nisman le cayera al fiscal Javier De Luca, que lo enterró el lunes pasado.