¿A quién le sirve tanto enfrentamiento en la sociedad?

Por Adrián FreijoLa creciente tensión que se vive en la Argentina parece calzar a la perfección a quienes miden las posibilidades políticas a partir de una sociedad quebrada.

Partamos de una afirmación: Mauricio Macri, Cristina Fernández de Kirchner, así como sus principales espadas, pueden ser más o menos egocéntricos, caprichosos, amantes del poder por sobre todas las cosas, limitadamente respetuosos del orden constitucional…pero no son tontos. Nadie llega a la presidencia de la república siéndolo, aunque haya en la historia varias muestras de aquellos que, una vez en el poder, lo parecieron.

Leen la realidad tal cual es y deciden en consecuencia. Si conviene o es necesario modificarla, ambos ex presidentes buscarán producir los hechos que sean útiles a sus designios. Pero si por el contrario concluyen que el escenario existente es el que más posibilidades les brinda, no dudarán en mantener un status quo que les permita acceder a los objetivos.

La pandemia, como disparador de un hartazgo previo, produjo en sus primeras semanas un efecto que muchos deseaban pero nadie atinaba a encaminar: por un corto tiempo pareció que la grieta que divide a la sociedad comenzaba a cerrarse.

La imagen del presidente compartiendo escenario con Horacio Rodríguez Larreta, la cordialidad y el trabajo en conjunto y la búsqueda de un objetivo común ponían frente a los ojos de los argentinos ese país que sigue siendo el sueño de una inmensa mayoría silenciosa que solo raramente sabe hacerse escuchar.

Pero ese país que corría al encuentro no le servía a ninguno de los dos líderes…

Ambos saben que mantienen un férreo manejo de un tercio de los votantes, por lo que solo será necesario convencer a la mayor cantidad posible de los integrantes del restante para lograr o consolidar sus objetivos políticos. Y por eso Cristina tironea, con notorio éxito, a Alberto Fernández hacia posiciones extremas y Mauricio exagera los gestos para poner en evidencia su actual lejanía del Jefe de Gobierno de la CABA. Alejar al presidente de Larreta, y viceversa, garantiza un escenario en el que las cabezas políticas de ambos espacios seguirán teniendo el protagonismo.

Solo la inteligencia de los moderados y la sociedad independiente expresándose con claridad podrá, en un tiempo prudencial que no aparece hoy fácil de determinar, volver las cosas a ese «antes» que se rompió con el anuncio de la quita de fondos coparticipables a la ciudad de Buenos Aires pero que claramente ya venía crujiendo desde que Cristina levantó el perfil y Macri volvió al país. Ambos percibieron el peligro que para ellos representaba el corrimiento de la sociedad hacia el terreno del acuerdo y rápidamente obraron en consecuencia.

Y lograron su objetivo. Ese que una vez más hace certero el adagio que sostiene que los polos se atraen o la regla que afirma que las paralelas se juntan en el infinito….

Solo a ellos le sirve que las cosas sean así y se disponen, con la fuerza de sus liderazgos, sus mañas y miseria, a arrastrarnos a todos al fango de su Argentina partida al medio.

Aunque todos terminemos perdiendo el presente y seguramente el futuro.