Alberto y Tolosa Paz: los dos «parias» de la campaña kirchnerista

RedacciónEl presidente fue corrido de la estrategia central del gobierno y la candidata, por una orden directa de Cristina, deberá aparecer poco, hablar menos y siempre con un guion marcado.

 

Ya es un hecho que la aparición del presidente Alberto Fernández en la campaña va a estar acotada a contactos personales con la gente, siempre cortos y de pocas palabras, y que se ha resuelto evitar los grandes discursos en los que el mandatario suele patinar con afirmaciones que siempre disparan polémicas. Para los ideólogos de esta etapa electoral la imagen negativa de Alberto es ilevantable y temen que nuevos yerros solo sirvan para terminar de hundir un barco que ya viene seriamente escorado.

Algo similar ocurre con Victoria Tolosa Paz, candidata a primera diputada por la provincia de Buenos Aires, cuyo estilo pretendidamente descontracturado la puso en alguna ocasión más cerca del ridículo que de la empatía con el electorado.

Cuenta además con la profunda antipatía de Cristina, que aunque a veces desmedida en los conceptos es cultora de un lenguaje prolijo y estudiado, que no le perdona algunas expresiones desubicadas que a su juicio sirvieron para espantar a sectores moderados y también a alguna parte del peronismo tradicional que no ve con buenos ojos el pretendido estilo «cool» de la postulante. La noche de la derrota, con el estruendoso desplante en el escenario, la vicepresidente dejó en claro cual es su valoración de la ahora desplazada.

Cristina se opuso desde un principio a su postulación. Viejos rencores con Enrique «Pepe» Albistur, marido de Tolosa y socio y amigo de Alberto, que vienen desde los años en los que la cercanía del publicista con Néstor Kirchner y la convicción de la ex presidente de que podía haberse quedado con algunos dinerillos a espaldas de su marido, no ayudan para nada a mejorar una relación que hoy parece imposible de enderezar. Y como corolario de sus sospechas está convencida que hoy, a sus espaldas, los negocios de publicidad en la vía pública que tienen a los hijos de Albistur como directos beneficiarios siguen la línea con el despacho presidencial que ella supo señalar en su momento.

Además ordenó un cambio de prioridades en los temas a plantear: menos cuestiones vinculadas a las minorías y más atención en las que afectan a la mayoría de los argentinos. Detectó que muchos votos se escaparon por la insistencia del oficialismo en plantear un progresismo que no ocupa el centro de la atención general y ahora exige que se vuelva al eje de una realidad que golpea a todos.

Tolosa Paz aparecerá entonces lo menos posible, seguramente lejos de la centralidad que tuvo en el camino hacia las PASO,  con cada palabra guionada y con la orden de no salirse una coma del libreto.

Ambos, la candidata y el presidente, deberán aceptar que Juan Manzur llevará ahora la voz cantante, que el gabinete en acción será el mensaje que bajará a la ciudadanía y que, aunque la idea sea no hacerlo explícito, Cristina ha tomado las riendas del gobierno y por tanto marcará el paso hasta noviembre…y tal vez en los dos años que aún faltan.

No es la idea seguir por el camino que llevó al Frente de Todos al fracaso. A la decisión de «poner más platita en el bolsillo de la gente», con todos los riesgos que ello implica, se suma ahora un cambio de marcha, la intención de mostrar moderación discursiva y empatía con los problemas de la gente y la búsqueda de consolidar con más peronismo el voto del conurbano que, por la indiferencia de los sectores más sumergidos que no concurrieron a las urnas en el último turno, puede representar tal vez la última esperanza de revertir el resultado.

El tiempo dirá si la estrategia es suficiente, pero lo cierto es que el presidente y la principal candidata han quedado condenados a un papel de reparto del que difícilmente puedan volver.

«Ya espantamos a la clase media…no hagamos lo mismo con los propios» bramó Cristina en la primer reunión organizativa tras la derrota sufrida. Y parece que su mensaje tenía dos destinatarios directos.