Aldosivi: una institución que marca diferencias en el fútbol argentino

Redacción – Muchos clubes no iniciaron la pretemporada por deudas con sus planteles; el propio fútbol no sabe si rodará o no en la fecha prevista. Aldosivi es una de las pocas excepciones.

El club del puerto es uno de los destinos más buscados por los jugadores de nuestro fútbol que no están para codearse con el gran mercado de pases nacional o internacional. «Paga sueldos de club fuerte y sus dirigentes le ponen la espalda a los compromisos» dicen quienes ya están cansados de los incumplimientos, atrasos y ficciones del 80% de los dirigentes argentinos.

Y tal vez esa sea la diferencia; con aciertos y errores quienes conducen los destinos de Aldosivi no esquivan el bulto cuando, en las difíciles, hay que meter la mano en el bolsillo y cumplir con la palabra empeñada. 

Mientras tanto el club crece futbolística e institucionalmente y, además de ir consolidándose en la categoría superior de la AFA, mejora sus instalaciones y planifica una expansión que bueno sería proyectara de forma tal que le permitiera «cruzar Juan B. Justo» y convertirse, por fin, en el equipo que represente a toda Mar del Plata.

Aldosivi trabaja, se prepara y mira de reojo un 2017 que puede ser un año importante desde lo deportivo y lo social. Como tantos clubes de nuestro golpeado fútbol tiene también el desafío de poner en caja definitivamente a los violentos que pululan por sus inmediaciones utilizando el pretexto del amor a los colores para sus delitos y tropelías. Pero esa no es una lucha que puedan dar solos sus directivos y hasta que el estado no se de por enterado de la necesidad de su presencia, nada podrá hacerse.

Por eso no es un dato menor, y no debería pasar desapercibido, que por estas horas solo algunos clubes «grandes» y Aldosivi sean los que están trabajando con normalidad en la pretemporada, mientras la inmensa mayoría se debate entre deudas y da la ventaja deportiva de una insuficiente preparación.

Y los marplatenses -que tenemos además la contracara de lo que ocurre cuando política y violencia se adueñan de un club y lo convierten en un tren del terror- podemos sentirnos orgullosos del Tiburón que, allí en las bellas instalaciones del «Tatore» Vuoso, se prepara para lo que sabe hacer y todos le pedimos: jugar al fútbol.

Lo que en estos tiempos…no es poco.