ANGELICI Y LA DOBLE MORAL

Daniel Angelici es uno de los impresentables que tiene nuestro fútbol argentino. Hecha la salvedad vale preguntarnos, ¿en serio es tan impactante lo que dicen las escuchas que trascendieron?.

En la Argentina hemos largado lo que parece ser una inagotable torneo de chapucerías morales. Como presentación en el mismo se ha puesto de moda pretender que el que habla o escribe es el custodio mayor de la verdad y que todos los demás están sujetos a sospecha.

Hemos llegado a un punto en el que nadie hace y todos dicen; y lo peor es que en semejante dejadez y compulsión justificativa nos sentimos en la obligación de presentar como terrible lo que afecta a nuestros enemigos (la palabra adversario ya cayó en desuso y sospechamos que para siempre) mientras todo lo que provenga de los amigos tiene una justificación.

Es de una pobreza moral inocultable el tono y el contenido de las conversaciones capturadas entre el presidente de Boca y el de la AFA, en un caso, y el del Tribunal de Disciplina en el otro. Pero son esclarecedoras acerca de la realidad de nuestro fútbol.

En ningún caso Angelici intenta perjudicar a otro o sobornar a un árbitro ni a nadie. Pero si se mueve con la impunidad del que sabe estar representando a un poder muy grande dentro del poder: él es Boca…y él es Macri.

Pero indigna igualmente la “furia” de periodistas deportivos que, se supone, deben conocer lo que ocurre en los clubes, la AFA y el poder que rodea a los clubes. No pueden pretender que alguien crea en su santa ira cuando viven revoloteando detrás de jugadores, técnicos y dirigentes y tantas veces medrando con sus silencios o con sus palabras en forma de operaciones mediáticas.

No es raro entonces que Clarín, TN o Canal 13 machaquen moralina en contra del titular xeneixe. Y no es por cierto porque el grupo que lidera Magnetto haya descubierto el valor de lo correcto; simplemente ocurre que Angelici pretende que la televisación del fútbol quede en manos de un competidor del gigante argentino. Nada más que eso...una simple cuestión de dinero.

No seamos tontos, ni Angelici es un sinvergüenza por esto -aunque lo sea por muchas otras razones- ni la prensa una defensora de la verdad por denunciarlo, ni el gobierno una espada flamígera contra la corrupción en el fútbol ni Tinelli y sus socios “la nueva cara” de un deporte prostibulario. Todos bailan al son de ese poderoso caballero que es Don Dinero y se disponen a las más bajas operaciones mediáticas para lograr lo que todos buscan: quedarse con el millonario negocio del fútbol.

Negocio que de tan podrido se puede dar el lujo de “hacer como que”…defiende la moral.