Al ministro «anti buitre» se le destapó una olla con mucho olor a podrido. Antes de ocupar la función pública y devenir en luchador por los derechos de los deudores, Axel era usurero…y de los malos.
Axel Kicillof ejerció en la década de los 90, tan criticada por el kirchnerismo, una tarea que se le desconocía totalmente: fue prestamista de dólares a tasas que le aseguraban el retorno de su dinero y una ganancia muy importante.
Según una investigación del sitio Eliminando Variables, a comienzos del año 2000, el actual ministro de Economía buscó de forma casi obsesiva que la Justicia ejecutara la hipoteca y desalojara la vivienda de un matrimonio que le debía dinero. Incluso trató de adquirir la propiedad aprovechando la situación límite de sus habitantes, una pareja con dos hijos menores que le debían a él y a una socia capitalista la cifra de US$ 6.300.
Kicillof fue a partir de su asunción el 20 de noviembre de 2103 el ariete para embestir contra los “fondos buitre” y un entusiasta sucesor de Néstor Kirchner a la hora de criticar las duras condiciones que imponían los acreedores para cobrar su dinero.
En junio de 2014, en uno de los momentos más calientes de la lucha entre el gobierno argentino y los holdouts, Kicillof lanzó duras críticas contra los denominados “fondos buitre”. Entre sus frases más combativas estaban “el Gobierno va a defender a la gente de los usureros” o “intentan ponernos de rodillas ante usureros de carácter global” y “A los defensores de la usura les queremos decir que tengan cuidado, que el Estado va a vigilar”.
No obstante sus encendidos discursos contra la usura y el deseo de lucro desmedido de los acreedores, esconde en su pasado un curioso incidente en el que estuvo del otro lado del mostrador, en donde hoy están sus odiados “fondos buitre”.
La usura
El 29 de septiembre de 1993, cuatro días después de haber cumplido 22 años, Axel Kicillof y la empresaria Susana Kantor le prestaron al por aquel entonces matrimonio de Julio César Moreno y María Alejandra Gauna la suma de US$ 6.300 en efectivo, presentando éstos últimos como garantía de hipoteca (real, en primer grado), de una propiedad de 397 metros cuadrados en el Partido de Tres de Febrero, en la provincia de Buenos Aires.
Kicillof aportó US$ 2.060 y Susana Kantor, entregó los US$ 4.240 restantes. El préstamo privado se realizó mediante un protocolo notarial de 14 folios (escritura N° 316, legalizada por el Colegio de Escribanos bajo el N° 000829555, serie L, del 08 de octubre de 1993), con catorce cláusulas, rubricadas por el escribano Abel Pedro Iranzi.
El pacto sellado, además, obligaba a los deudores Moreno y Gauna a devolver la suma de dinero entregada en un lapso de 6 meses, es decir para el 29 de marzo del 1994, con un interés anual del 12 por ciento, pagadero mensualmente los días 29 de cada mes.
Durante siete años, los deudores pagaron puntualmente, pero a mediados del año 2000, dejaron de cumplir con las obligaciones pactadas. A partir de ese momento Kicillof instruyó a su abogado para que pidiera el remate de una propiedad en el Conurbano que se había dispuesto como garantía para el préstamo.
Vista desde el presente, esa urgencia por reclamar el pago de la deuda resulta irónica. Es que hoy, el mismo Kicillof, colocado en posición de deudor frente a los holdouts, busca a toda costa dilatar el pago a los acreedores.
Sólo dólares
La causa de Kicillof y Kantor contra el matrimonio recayó en el juzgado del hoy camarista Claudio Ramos Feijoo, con número de expediente 91.071/2000, secretaría de Gabriela Fabbri, y fue denominada “Kicillof, Axel y otro c/Moreno, Julio César y otro s/Ejecución Hipotecaria”.
Tras años de litigio, Kicillof, a través de sus abogadas, presentó un escrito en el que dejaba en claro que no quería pesos sino dólares en efectivo.
Al respecto, su apoderada –Calvar- y la abogada patrocinante –Gentile- le recordaron al juez que en el contrato se había firmado en dólares y era lo que sus clientes querían.
Hoy Axel Kicillof muestra en público cierto desprecio por aquellos que buscan un refugio de valor para sus ahorros en la divisa norteamericana.