Por Adrián Freijo – El discutido dirigente aceptó una propuesta salarial que de ser presentada por el gobierno anterior hubiese significado un escándalo. Enojo en otros gremios.
Hay dirigentes que no saben discernir entre un acto militante y sus responsabilidad frente a los afiliados. El SUTEBA aceptó una propuesta de reconsideración salarial que no cubre ni el 50% del desfasaje inflacionario y que mantiene a los docentes con un ingreso básico por debajo de la línea de pobreza. Algo que de haber ocurrido durante la administración de María Eugenia Vidal habría derivado en una negativa absoluta y el no inicio de las clases.
Pero Roberto Baradel es más kirchnerista que defensor de sus trabajadores. Y esa elección no parece ser la mejor consejera a la hora de plantarse en defensa de de sus afiliados…
La propuesta que ayer jueves acercó el Ejecutivo de Axel Kicillof al Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) –integrado además por los gremios Amet y Sadop- eleva el salario básico de un maestro de grado de 11.821 pesos a 12.767 pesos en marzo y a 13.772 pesos en junio próximo, además de incluir una cláusula de garantía ante incrementos inflacionarios que superen el aumento.
Esto significa que el sueldo ‘de bolsillo’ de un docente de grado sin antigüedad subiría en marzo a 29.001 pesos y en junio a 31.059 pesos; mientras que para un maestro con máxima antigüedad, de jornada simple, en marzo el salario ascendería a 39.117 pesos y a 42.003 pesos en junio.
Otras organizaciones gremiales docentes como la FEB que conduce Mirta Petrocini la rechazaron por considerarla “insuficiente» y los pasos a seguir de cara al inicio del ciclo lectivo, previsto en el calendario oficial para el próximo lunes, se debaten por estas horas aunque se descarta que por ahora dispongan un cese de actividades. También el sindicato Udocba –que dirige Miguel Ángel Díaz– había adelanto ayer su rechazo a la oferta pero también es partícipe de la idea de comenzar con normalidad el ciclo lectivo
A nadie sorprende esta actitud del titular de SUTEBA ya que en más de una ocasión puso en evidencia, sin siquiera buscar disimuloo alguno, que entiende la tarea gremial como un apéndice de su militancia política y que sus afiliados son solo instrumento de sus ambiciones personales. Ni siquiera el rechazo de su sector partidario a su ansiada candidatura a diputado sirvió para que el hombre dejase de lado la actitud de sujeción con las estrategias peronistas y las actitudes combativas e intransigentes llevadas adelante durante los últimos años bajo el paraguas del «cuanto peor, mejor».
Como resultado de su mirada sesgada e ideológica Baradel logró malquistar a los docentes con la sociedad -harta de los paros salvajes y los chicos sin clases- sin preocuparse en conseguir, al menos, una mejora sustancial en el nivel de ingresos y condiciones de trabajo de los maestros.
Y lo que se podría suponer viable con un gobierno de su propio signo partidario termina siendo un fiasco para quienes día a día se paran frente a sus alumnos tratando, nada más y nada menos, que transmitir el saber y el conocimiento.
Mientras algunos eligen utilizarlos para sus propios y mezquinos fines personales y políticos…